En el vasto y árido paisaje de la Hamada, donde el sol inclemente y las dificultades infinitas parecen desafiar toda posibilidad de crecimiento, un grupo de personas visionarias sembró la semilla más poderosa: el conocimiento. Con un corazón lleno de esperanza y un deseo inquebrantable de apoyar a las generaciones saharauis emergentes, crearon el «BIBLIOBÚS «BUBISHER», un proyecto que lleva el nombre de un pájaro profundamente arraigado en la cultura nómada saharaui, símbolo de libertad, resistencia y conexión con la tierra.

Lo que comenzó como un sueño rodante, un bibliobús cargado de libros y sueños, hoy se ha transformado en bibliotecas espaciosas y luminosas en cada Wilaya de los campamentos de refugiados saharauis. Estos oasis de saber se alzan como faros en medio de la aridez, demostrando que ni el exilio ni las condiciones más adversas pueden detener el ansia de aprender y crecer.

Este logro no es solo un triunfo educativo, sino un testimonio de solidaridad, amor y compromiso con el pueblo saharaui. Cada libro, cada estante, cada rincón de lectura es un tributo a la resiliencia de una cultura que se niega a ser olvidada y al poder transformador de la educación.

A esas personas altruistas, cuya generosidad y determinación han convertido lo inhóspito en un espacio de oportunidades, ¡mi más profundo agradecimiento y admiración!

Su labor no solo ha construido bibliotecas, sino que ha tejido futuro, dignidad y esperanza en el corazón del Sáhara.

¡Honor a quienes, como el BUBISHER, vuelan alto para llevar el conocimiento a donde más se necesita!

Con eterna gratitud, en nombre de las generaciones presentes y futuras del pueblo saharaui, que el vuelo del «Bubisher» siga llevando sabiduría, resistencia y luz a cada rincón del Sáhara. ¡La solidaridad es semilla que nunca deja de brotar!

B.Lehdad.