De la ocupación a la difamación: Adala UK condena la campaña mediática marroquí contra el activista saharaui Taleb Alisalem – Human Rights for Western Sahara

De la ocupación a la difamación: Adala UK condena la campaña mediática marroquí contra el activista saharaui Taleb Alisalem – Human Rights for Western Sahara

Esta campaña no sólo busca desacreditar el trabajo de Taleb, sino que constituye un ataque directo a las libertades fundamentales: la libertad de expresión, la participación política y el derecho a defender los derechos humanos, todos ellos protegidos por el derecho internacional.


1.  Autodeterminación y derecho a la palabra

La defensa de Taleb Alisalem debe entenderse a través de la lente del derecho internacional, en particular del artículo 1 del  Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos  y del  Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales , que reconocen el derecho de todos los pueblos, incluido el pueblo saharaui, a la libre determinación.

Sus comentarios, que incluyen críticas a la política estatal marroquí y al legado colonial en el Sáhara Occidental, constituyen una forma de expresión protegida por  el artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos , que garantiza el derecho a la libertad de opinión y expresión. Estos derechos son especialmente cruciales para los miembros de los pueblos oprimidos que se enfrentan a la marginación y la violencia estatal.

Las acusaciones de que Taleb promueve una retórica morfofóbica o racialmente divisiva revelan un patrón inquietante: equiparar la resistencia con el extremismo para silenciar las voces descolonizadoras. En realidad, Taleb se pronuncia constantemente contra todas las formas de racismo y discriminación estatal, en particular el abuso sistemático que sufren los saharauis bajo la ocupación marroquí.


2.  La difamación como herramienta de ocupación

El intento de retratar a Taleb como promotor del odio sin pruebas creíbles ejemplifica la estrategia bien documentada de la ocupación marroquí para desacreditar a los defensores de los derechos humanos saharauis. Este método incluye difamar a los críticos, desinformarlos y lanzar falsas acusaciones de extremismo.

En lugar de abordar la esencia de los argumentos de Taleb, que destacan la violencia estatal, el desplazamiento forzado y la supresión sistemática de la identidad saharaui, sus detractores recurren a ataques ad hominem. Esto viola  la Observación General n.º 34 del Comité de Derechos Humanos de la ONU , que afirma que el discurso político y la crítica a las políticas gubernamentales son formas de expresión protegidas.

Esta campaña no es casual. Forma parte de una guerra de información sistemática librada por la ocupación marroquí para reprimir las voces saharauis, en particular las del exilio. El perfil de Taleb y sus posturas de principios lo convierten en un blanco fácil, ya que representa una narrativa alternativa, basada en el derecho, la justicia y la verdad histórica.


3.  Represión marroquí contra periodistas y activistas saharauis

Las autoridades marroquíes tienen un largo y bien documentado historial de represión contra periodistas, activistas y civiles saharauis en los territorios ocupados del Sáhara Occidental. Esto incluye detenciones arbitrarias, tortura y censura sistemática, como han documentado  Adala UK, Human Rights Watch ,  Amnistía Internacional y varios  relatores especiales de la ONU .

Taleb Alisalem, residente en España, amplifica las voces de quienes han sido silenciados por la fuerza en los territorios ocupados. Su labor debe verse como parte de un movimiento más amplio por la justicia y la descolonización, no como una amenaza, sino como un recordatorio crucial de obligaciones legales incumplidas.

Los intentos de retratarlo como peligroso o divisivo no se basan en hechos, sino en el miedo a perder el control de la narrativa y la legitimidad internacional.


4.  Utilizar el discurso de los derechos humanos para silenciar la lucha saharaui

Afirmar que Taleb “reproduce lógicas coloniales” es una distorsión peligrosa. No son los saharauis, víctimas de la colonización y la ocupación, quienes perpetúan el racismo. Es el Estado marroquí, en cambio, el que continúa violando el derecho internacional humanitario, múltiples  resoluciones de la ONU y la  opinión consultiva de la CIJ de 1975 , que confirmó que Marruecos no tiene soberanía sobre el Sáhara Occidental.

Equiparar las críticas a las prácticas del Estado marroquí con discursos de odio oscurece deliberadamente el fundamento jurídico y moral de la causa saharaui. Además, socava el reconocimiento por parte de la propia ONU del Sáhara Occidental como  territorio no autónomo aún en espera de descolonización.

La obra de Taleb Alisalem no es un fetichismo identitario ni una retórica paranoica; es una clara exigencia de justicia, dignidad y responsabilidad internacional. Su crítica tanto a la complicidad europea como a la represión marroquí expone las formas en que el poder estatal manipula la identidad, la raza y el miedo para preservar la impunidad.


5.  Solidaridad con el pueblo saharaui y su Estado

No se trata solo de un individuo. Los ataques contra Taleb Alisalem son ataques al derecho del pueblo saharaui a la autorepresentación. Su objetivo es borrar la memoria política de un pueblo que lucha por la libertad. El Estado que Taleb representa no es imaginario; es la  República Árabe Saharaui Democrática (RASD) , miembro fundador de la Unión Africana y expresión legítima de la soberanía del pueblo saharaui.

La voz de Taleb no es aislada. Refleja la determinación colectiva de un pueblo al que se le niegan sus tierras, derechos e identidad. De acuerdo con la  Declaración de la ONU sobre los Defensores de los Derechos Humanos , su derecho a hablar, organizarse y defender a su pueblo debe ser protegido, no perseguido.

Los medios de comunicación de la ocupación marroquí deben rendir cuentas por incitar al odio, difundir desinformación e intentar deslegitimar la defensa pacífica de los derechos humanos. Su campaña de desprestigio no se centra en Taleb personalmente, sino en controlar la narrativa, criminalizar la disidencia y encubrir la ocupación.


Conclusión: Los derechos humanos incluyen el derecho a disentir

La obra de Taleb Alisalem no amenaza los derechos humanos, sino que los encarna. Los intentos de silenciarlo forman parte de un patrón global más amplio donde las voces críticas solo son «toleradas» si se ajustan a versiones suavizadas de la disidencia.

Adala UK hace un llamamiento a la comunidad internacional, a las organizaciones de la sociedad civil y a los gobiernos democráticos para que:

  • Reconocer públicamente el derecho de los defensores saharauis como Taleb Alisalem a hablar libremente y sin temor a represalias;
  • Condenar el uso que hace la ocupación marroquí de los medios de comunicación y de la desinformación para difamar a los activistas;
  • Adoptar medidas concretas para apoyar la realización del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y el reconocimiento de la República Árabe Saharaui Democrática.

En una época en que los derechos humanos están siendo cooptados para servir a la conveniencia política, debemos volver a sus valores fundacionales:  libertad, justicia y dignidad para todos los pueblos, incluidos los saharauis .

Origen: From Occupation to Defamation: Adala UK Condemns Moroccan Media Campaign Against Sahrawi Activist Taleb Alisalem – Human Rights for Western Sahara