Crecer ha sido precioso. Empezamos con un camión viejo reconvertido y lleno de libros, y diecisiete años y dieciséis asambleas después tenemos ya cinco bibliobuses funcionando en cada una de las cinco wilayas que ya tienen su biblioteca, su jardín, su equipo de bibliotecarias. Sí, ha sido un trabajo constante, sin distracciones ni más conflictos que los del crecimiento. Pero eso ha sido fácil, por más comillas que le queramos poner a la palabra. Fácil, porque cada uno de esos pasos ha sido un objetivo apasionante, y lograrlo era solo eso, un paso más al que tenía que seguir otro. En el Bubisher somos muchos, y hemos sido muchos más. Algunos estuvieron, ayudaron a dar ese paso, y dejaron su lugar a otros. También son muchos los que se incorporaron al proyecto y en él siguen, años después.

Pero ahora que ya tenemos lo que hemos soñado, buscado y construido, ahora llega lo más difícil: seguir.

No es lo mismo, ya lo sé. No tener ya como objetivo otra biblioteca, otro jardín, hace que el entusiasmo languidezca. Pero por eso mismo es mucho más valioso el esfuerzo para continuar, para consolidar y garantizar la supervivencia del proyecto. Porque lo que se nos pide ahora ya no tiene el brillo de aquellos primeros años, pero sin eso nada de lo que hemos hecho hasta hoy serviría de nada.

Pronto vamos a celebrar la 16 asamblea del Bubisher. Y de ella tiene que nacer ese nuevo entusiasmo: mantener, consolidar, buscar la manera de seguir creciendo, aunque esta vez hacia dentro. Dentro de nosotros mismos, dentro de cada biblioteca, mejorando la formación y el compromiso de las bibliotecarias y los monitores. Consiguiendo con los jóvenes de los campamentos el mismo grado de entusiasmo que ya tienen los niños por sus bibliotecas. Llegando a otras capas de la población. Y para todo eso hace falta esfuerzo, imaginación, tiempo. Y sangre nueva, una generación joven que disponga de las bibliotecas para crear nuevos pequeños proyectos.

Ese es nuestro objetivo ahora. Un tejido de “imprescindibles brechtianos”, esos que no luchan un día ni un año, esos que luchan toda la vida. El más difícil todavía. Mucho más.

(Si quieres asistir a la Asamblea del Bubisher, el último fin de semana de septiembre en La Granja de San Ildefonso, estás a tiempo: mira cómo en bubisher.org.)

Gonzalo Moure