Marruecos miente, el Polisario responde: la verdad del Sáhara Occidental en la ONU

Marruecos miente, el Polisario responde: la verdad del Sáhara Occidental en la ONU

El representante del Frente Polisario ante Naciones Unidas, Dr. Sidi Mohamed Omar, ha vuelto a poner la verdad frente a la mentira. En una carta dirigida al embajador ruso Vassily Nebenzia, actual presidente del Consejo de Seguridad, el diplomático saharaui respondió con contundencia a las falsedades vertidas por Marruecos durante el Debate General de la Asamblea General de la ONU. Su mensaje es claro: la ocupación marroquí del Sáhara Occidental es ilegal, ilegítima e insostenible, y no hay propaganda que pueda cambiar ese hecho.

En la carta, Omar recordó que el Sáhara Occidental fue inscrito en 1963 por la ONU en la lista de Territorios No Autónomos pendientes de descolonización. En aquel momento, Marruecos no solo se opuso a este reconocimiento, sino que desplegó una política expansionista que incluía también reivindicaciones sobre Mauritania. La propia ONU y la Corte Internacional de Justicia en 1975 confirmaron que Marruecos no tiene ningún vínculo de soberanía sobre el Sáhara Occidental. La historia, los archivos y el derecho internacional son contundentes, aunque Rabat intente reescribirlos a base de discursos vacíos.

Otro punto esencial que desmiente la carta es la manipulación marroquí en torno al llamado Acuerdo de Madrid de 1975. Este pacto entre España, Marruecos y Mauritania jamás fue aprobado por la Asamblea General, ni alteró el estatuto jurídico internacional del Sáhara Occidental. Como recordó Omar citando la opinión jurídica de Hans Corell (ONU, 2002), España no podía transferir soberanía, y Marruecos nunca ha sido reconocido como potencia administradora. El Sáhara Occidental sigue siendo un territorio colonizado, cuya descolonización solo puede resolverse mediante el referéndum de autodeterminación.

El representante saharaui denunció también la farsa de los supuestos “proyectos de inversión” en el Sáhara ocupado. Marruecos vende al mundo la imagen de un territorio en desarrollo, mientras bloquea desde 2015 el acceso de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, expulsa a periodistas y persigue a observadores internacionales. La razón es evidente: Rabat necesita ocultar la realidad de los territorios ocupados, marcada por desapariciones forzadas, torturas, juicios-farsa y un muro militar de 2.700 kilómetros, el más largo y minado de África, que simboliza la violencia estructural de la ocupación.

Omar subrayó que las propias instituciones de la ONU siguen tratando la cuestión saharaui como un caso de descolonización pendiente en la Asamblea General, y como un problema de paz y seguridad internacional en el Consejo de Seguridad. Si la ocupación hubiera “resuelto” la cuestión, como alega Marruecos, ¿por qué sigue siendo objeto de debate en todos los órganos de Naciones Unidas más de 50 años después? La respuesta es obvia: porque el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui no ha sido cumplido, y sigue siendo una deuda pendiente de la comunidad internacional.

La carta es también una advertencia a quienes, desde la complicidad europea y occidental, siguen premiando a Marruecos con acuerdos comerciales ilegales y con el estatuto de socio privilegiado. El Polisario denuncia que esos pactos se construyen sobre el expolio de los recursos naturales saharauis y sobre el sufrimiento de un pueblo que vive dividido entre el exilio y la ocupación. La ocupación no se legitima con contratos, y los fallos reiterados del Tribunal de Justicia de la UE lo confirman: Marruecos no tiene soberanía sobre el Sáhara Occidental.

El mensaje de Sidi Mohamed Omar también es político: frente a la represión y la censura que sostienen al régimen marroquí, el pueblo saharaui mantiene viva la resistencia en todos los frentes, desde el militar hasta el diplomático, pasando por el cultural. No se trata solo de un litigio territorial, sino de un pueblo que defiende su existencia frente a un proyecto colonial.

Por eso, la carta dirigida al Consejo de Seguridad es más que una réplica puntual. Es una denuncia de la impunidad marroquí, un recordatorio de que el derecho internacional está del lado saharaui y una llamada a la acción. La comunidad internacional debe dejar de mirar hacia otro lado: el Sáhara Occidental sigue ocupado, sigue dividido por un muro y sigue esperando el referéndum de autodeterminación prometido hace casi medio siglo. Y mientras esa promesa siga incumplida, la voz del Polisario seguirá resonando en la ONU para recordarle al mundo que el pueblo saharaui no se rinde.

Plataforma «No te olvides del Sahara Occidental»