¿Es Marruecos el socio adecuado para proporcionar acceso marítimo a los países del Sahel?
En medio de la creciente difusión de la propaganda que promueve la iniciativa marroquí de ofrecer una salida al Atlántico a Níger, Burkina Faso y Mali, surgen interrogantes sobre la viabilidad y las verdaderas intenciones detrás de este proyecto.
Marruecos, respaldado por potencias como Estados Unidos, Francia e Israel, busca consolidar su influencia regional mediante la construcción de un puerto en Dajla, situado en el disputado territorio del Sáhara Occidental. Este movimiento no solo pretende facilitar el comercio para los países sin litoral del Sahel, sino también obtener su reconocimiento sobre la soberanía marroquí de la región, y blanquear la ocupación, en detrimento del ejercicio del derecho a la autodeterminación saharaui.
La propuesta ha sido bien recibida por los gobiernos militares de Mali, Burkina Faso y Níger, quienes, tras su salida de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), buscan alternativas para fortalecer sus economías y relaciones internacionales.
Sin emabrgo, una salida marítima al Atlántico sin Mauritania, que observa con preocupación lo que se trama en su patio trasero… mientras grupos islamistas armados bien conocidos circulan libremente cerca de sus fronteras, e incluso las cruzan, como ocurrió varias veces con Chad y Senegal, es imposible. Esta inseguridad sin precedentes, combinada con la voluntad de Francia de regresar rápidamente a la región por todos los medios, hace que este proyecto sea aún más discutible.
Por ello, Mauritania, fiel a su posición de neutralidad positiva en la cuestión saharaui, se mantiene al margen de tales maniobras, que solo pueden perjudicar sus intereses. Más aún cuando un puerto de servicios situado en un territorio ocupado, cerca de sus fronteras, podría competir directamente con sus propios puertos, como el de Nouadhibou.
A esto se suma la manifiesta ilegalidad de todo este proceso, en virtud de las resoluciones de las Naciones Unidas y la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, cuyas decisiones son definitivas.
En este contexto, es esencial analizar si Marruecos está en posición de liderar una iniciativa de tal envergadura sin agravar las tensiones regionales ni vulnerar el derecho internacional.
Les putschistes
— Hervé Doumbia (@almouslime) April 30, 2025ils font palabre avec l'Algérie qui est partenaire stratégique de Moscou en Afrique, et ils vont chez Maroc qui est le partenaire stratégiques de Paris. C'est difficile de comprendre la logique des putschistes pic.twitter.com/Xn1Abr5V4O