(…) No se ha mostrado tan concreto el ministro al valorar la atención prestada hace más de un año al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, en Logroño. Preguntado sobre si aquel incidente fue el error que ha marcado la confusa política del Gobierno en el Magreb, Albares se ha limitado a puntualizar que él no era ministro cuando se decidió el ingreso de Gali en el hospital San Pedro y que, en cualquier caso, la intención del Ejecutivo es mantener unas relaciones amistosas, «basadas en el respeto mutuo y en la no injerencia en cuestiones internas», con todos los países de Magreb. «La mano de España ha estado tendida hacia Argelia en todo momento», enfatizó.
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