Argel ha comenzado a exhibir signos de su voluntad de reanudar el comercio bilateral con España. El ministro de Comercio y Promoción de las Exportaciones argelino, Tayeb Zitouni, ha reconocido en público que en los próximos días se producirá la exportación de 150.000 toneladas de hierro a España dos años después de que las autoridades suspendieran el Tratado de Buena Vecindad y congelaran las transacciones desde y hacia España en represalia por el histórico cambio de posición del Gobierno español en el contencioso del Sáhara Occidental.

Según los detalles proporcionados por el titular de Comercio en una entrevista a la televisión pública argelina, la exportación correrá a cargo de Tosyali, filial argelina de una compañía turca que produce acero e hierro y que tiene su central de producción en los alrededores de Orán. La factoría argelina cubre el 70% de las necesidades de materiales de construcción del país.

Zitouni aseguró en unas declaraciones públicas que Argelia está abierta a establecer asociaciones económicas con España si Madrid solicita tener relaciones económicas reales. A su juicio, la posición del Ejecutivo español en la causa palestina y el reconocimiento del Estado palestino podría allanar el camino a la reanudación de las relaciones comerciales bilaterales. Insistió, no obstante, en que las empresas argelinas son “militantes” y no trabajan con “países que no apoyan el derecho de los pueblos a la autodeterminación, especialmente lo que se refiere a la causa palestina”. El ministro alegó que la decisión de interrumpir los intercambios comerciales entre Argelia y España fue “resultado de decisiones tomadas por inversores argelinos y no de una decisión política”.

Según el ministro, “no es posible establecer relaciones comerciales con un país cuya política no es coherente con los principios argelinos, especialmente en lo que respecta a las cuestiones de liberación”. Zitouni acusa a España de haber violado las reglas del Acuerdo de Buena Vecindad, que se mantiene suspendido dos años después de anunciarse la decisión. El Gobierno de Pedro Sánchez no ha modificado su posición en el litigio saharaui y sigue apoyando el plan de autonomía de Marruecos.

Dos años de parálisis

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