ECSAHARAUI
Madrid (ECS).- Dos años después del colapso del alto el fuego entre Marruecos y el Frente POLISARIO y el estallido de la de guerra, Brahim Ghali fue reelegido para un tercer mandato al frente del Frente POLISARIO en su XVI Congreso, celebrado entre el 13 y el 22 de este mes en el campamento de Dajla.
El diario francés Le Monde, en un tribuna dedicada a ese Congreso, considera que el lema del XVI Congreso- «intensificar la guerra hasta expulsar al ocupante»- refleja la impaciencia para los saharauis por dar un nuevo impulso al conflicto que se prolonga desde hace cuarenta y siete años, y desde hace dos años vive una guerra de «baja intensidad» contra Marruecos desde el ataque del Ejército marroquí en la brecha ilegal de El Guerguerat el 13 de noviembre de 2020.
“Hay una enorme presión para intensificar los combates y volver a los métodos de combate anteriores, entre 1986 y 1989, cuando libramos batallas que dieron excelentes resultados en la recuperación de armas y la captura de soldados. Nuestra juventud y nuestro ejército en particular lo exigen”, explicó Brahim Ghali a Le Monde y a otros tres medios europeos, el 16 de enero.
«La inacción de la comunidad internacional nos condena a una muerte lenta, y preferimos morir con dignidad», asegura El Uali Dah, uno de los manifestantes que cerraron la brecha ilegal de El Guerguerat en octubre y noviembre de 2020. La intervención de las fuerzas de ocupación marroquíes para expulsarl a los manifestantes fue considerada como una ruptura del alto el fuego vigente desde 1991. “Ese era nuestro objetivo”, explica Dah. Y añade: «ahora, no cometeremos el mismo error que en 1991: si Marruecos quiere negociar, tendremos una pluma en una mano y una pistola en la otra».
Le Monde añade que han pasado treinta años desde el acuerdo de paz entre Rabat y el Frente Polisario, y las resoluciones de Naciones Unidas que prevén la rápida organización del referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental, el último territorio africano incluido en la lista de la ONU como una región pendiente de la descolonización.
Han pasado veinte años desde el último intento serio de Naciones Unidas por resolver el conflicto, a través del “plan Baker II” en 2003, que Marruecos rechazó. Y quince años desde que Rabat propuso su proyecto para autonomía bajo soberanía marroquí en 2007, lo que es inaceptable para el Frente Polisario. Durante este tiempo, muchos jóvenes emigraron. Para quienes permanecen en los campamentos, la reanudación de los combates es la última esperanza para poner fin a un éxodo masivo que ha durado cuarenta y siete años.
Jalihna Mohamed, de 34 años, director de la Juventud en el ministerio de educación saharaui, afirma a Le Monde que «el Frente POLISARIO se ha convertido en un estado en el exilio, mientras que somos un movimiento de liberación nacional. Mientras tanto, Marruecos se encuentra en una posición cómoda. Ocupa nuestras tierras, exporta nuestros recursos naturales, explota nuestras reservas de fosfato e invita a las empresas a instalarse en el Sáhara Occidental. No podemos renunciar a nuestro mayor activo, que es la lucha armada. Esperar mata nuestras almas y mata nuestras aspiraciones”.
“No solo debemos atacar el muro, sino la infraestructura económica de Marruecos para evitar que se beneficie de nuestros recursos. Los saharauis de los territorios ocupados deben participar en esta lucha. Tenemos que usar todos nuestros métodos», agregó el director de jóvenes, graduado del departamento de inglés de la Universidad de Argel.
Más de un tercio de los residentes de los campamentos de refugiados saharauis son niños menores de 17 años y la mitad de ellos son mujeres. La mayoría de ellos nacieron en el campamento y no conocían el territorio por la que luchan. “Pero el sentido de pertenencia y amor por nuestra tierra se transmite de generación en generación a través de las historias de nuestros antepasados, y sabemos con tristeza lo que ha hecho Marruecos de tortura y extorsión a nuestros hermanos en los territorios ocupados”, explica Mulay Bashir, un abogado saharaui de 35 años.
Le Monde señala que en los campamentos afectados regularmente por inundaciones y tormentas de arena, el 7,6% de la población sufre desnutrición aguda y el 28% retraso del crecimiento. Más de la mitad de las mujeres y los niños sufren de anemia. Sin embargo, desde la pandemia de Covid y la guerra en Ucrania, la ayuda internacional ha disminuido. En el contexto de inflación galopante, la distribución de alimentos de la que depende el 90% de la población se ha reducido a la mitad, según la Media Luna Roja Saharaui.
Le Monde estimó que si se desconocen las capacidades reales del ejército saharaui, que cuenta con la ayuda de sus aliados, la voluntad de librar una gran batalla entre los jóvenes es enorme y creciente. Explicó que en dos años, el Frente POLISARIO ha registrado más de medio centenar de muertos, la mitad de ellos civiles, a manos del ejército marroquí, al que el POLISARIO ha denunciado por haber utilizado drones contra civiles inocentes.
Rabat, por su parte, no facilita ningún dato sobre posibles pérdidas humanas o materiales.
El rotativo francés señaló que hay diplomáticos saharauis que hablan con más moderación, como Abdulah Arabi, licenciado en relaciones internacionales en Cuba y actual delegado del Frente Polisario en España, que insiste en que «obtener una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea Unión (TUE) contra la explotación por parte de Marruecos de los recursos saharauis es también una forma de hacer la guerra.
Origen: Aumenta la presión en el Sáhara Occidental para «intensificar» los combates contra Marruecos