El Bubisher tiene una larga historia de ensayos y errores. El primero, visto desde 2021, era terrible: un proyecto “español” en los campamentos. Con voluntarios españoles que viajaban para leer cuentos y prestar libros en español desde el primero camión, el legendario Bubisher, en el que el único saharaui era su conductor, Larossi. Pronto nos dimos cuenta de la magnitud del error y decidimos adoptar casi como lema que era “un proyecto saharaui con ayuda española”. Las primeras bibliotecarias ambulantes fueron nuestras queridas Memona y Daryalha. Ha “sirocado” mucho desde entonces, y ahora son más de veinte las bibliotecarias, monitores, conductores, constructores y guardianes, todos saharauis. Y más de treinta de ellos se han formado en el proyecto y han ido dejando su lugar a otros.
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