Cristina Martínez Benítez de Lugo.-*
Excmo. Sr. ministro,
Si no bastaba la evidencia, Sylvan Adams, dueño del equipo israelí participante en la Vuelta Ciclista a España, lo dejó bien claro en sus declaraciones: “podemos ganar cualquier guerra en el campo de batalla pero la estamos perdiendo en el campo de la opinión pública y hay que luchar apostando con millones de euros para ganar también esa batalla”.
El deporte es una manera de acercar a los pueblos entre sí, pero cuando un país genocida utiliza el deporte para mejorar su imagen en el exterior, ahí hay que cortarle el paso. Eso hizo la comunidad internacional boicoteando a Sudáfrica cuando el apartheid. Eso ha protagonizado España retirándose de Eurovisión.

Los ciudadanos de este país defendieron a Palestina en la Vuelta, y ganó Palestina. Se impidió el fin de una Vuelta en la que participaba un equipo que la deshonraba. Sánchez expresó en público su “admiración a un pueblo como el español, que se moviliza por causas justas”. Si pensaba así, ¿no hubiera sido más justo haber expulsado al equipo israelí de la Vuelta desde instancias oficiales, con rigor y razón, y no que fuera el pueblo quien se tuviera que movilizar para defender “causas justas”?
Ahora le toca al Baloncesto. Hoy juega el Valencia Basket en Tel Aviv. El día 6 de enero juega el Maccabi en Barcelona contra el C.F. Barcelona; el 8 de enero en Madrid contra el R. Madrid; el 29 de enero en Valencia; y el 7 de febrero en Vitoria-Gasteiz contra el Baskonia.
¿Va a permitir el Gobierno que se celebren estos partidos que ensucian el deporte, o será el pueblo quien se tenga que movilizar de nuevo por causas justas?
Haga lo que le corresponde. Adopte una postura coherente y defienda el derecho internacional siempre. Impida que se celebren esos partidos.
*Participante en el Movimiento por los Presos Políticos Saharauis
Origen: Carta a Albares: Hasbará
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