ECS. Madrid. | Desde la acogida de Ghali por España, el enojo de Marruecos no ha hecho más que crecer desde que Pablo Iglesias, entonces vicepresidente, reafirmó a través de un tuit como el que hizo Trump, que la solución al conflicto saharaui es un referéndum de autodeterminación. Desde Diciembre, las relaciones hispano-marroquíes han ido enfriándose.
Ayer la ministra de Educación del gobierno español, Isabel Celáa (PSOE), planeaba reunirse con Saaid Amzazi, titular de Educación en el ejecutivo marroquí. Los medios de comunicación revelaron el calendario completo de reuniones entre las dos partes. Sin embargo, Moncloa no mencionó que la reunión se haya mantenido. Lo mismo ocurrió hoy con una reunión virtual entre la vicepresidenta cuarta del ejecutivo y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera (del PSOE) con el presidente Saadeddine El Othmani.
Las relaciones hispano-marroquíes están viviendo un “período excepcional” debido a las posiciones francas y claras de España, e incluso las posiciones expresadas por algunos partidos políticos sobre el tema del Sáhara Occidental, en paralelo a la “preocupación” madrileña por la entrada de los Estados Unidos de América en la región africana a través de la puerta marroquí.