El español se ha convertido en una forma de resistencia de la identidad cultural saharaui frente al borrado del ocupante. Y aunque su enseñanza se encuentra en un momento complicado, debido a las enormes dificultades por las que atraviesa este pueblo y el desinterés del Gobierno español para con su antigua colonia, su uso se mantiene gracias al empeño de las autoridades del Polisario, de intelectuales saharauis empeñados en ello, y de toda una constelación de entidades solidarias que, desde España, sienten esta causa como propia.
‘Rubio’ es un todoterreno de la cultura saharaui. En 1991, una vez firmado el primer alto el fuego con Marruecos, abandonó las armas de guerrillero y empezó a trabajar para el Ministerio de Cultura de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Previamente, había aprovechado los momentos de tranquilidad en el frente —donde le acompañaban en la mochila un libro de García Lorca, una cinta de Joan Manuel Serrat y una foto del Ché— para impartir clases de español a sus compañeros. Ahora nos insiste en su preocupación de que esa lengua no se pierda entre los saharauis: “En las zonas ocupadas por Marruecos, ha sido enterrada y sustituida por el francés como lengua cooficial; es una clara manera de ir diluyendo nuestra identidad bajo el yugo marroquí. Ahora me preocupa que, fuera de las zonas ocupadas, podamos llegar a perder también un idioma que, acompañando al hassanía —el dialecto árabe hablado fundamentalmente en el Sáhara Occidental y Mauritania— forma parte de nuestra cultura y nuestra historia”.
Según el artículo tercero de la Constitución de la RASD, el árabe es la lengua nacional y oficial. Pero, aunque el español no esté amparado constitucionalmente como lengua, es en la práctica la segunda lengua de los saharauis, y se halla reconocida de facto en la rutina de este pueblo, especialmente en la administración, el sistema sanitario y el educativo no universitario.
“Se ha tratado de elaborar un currículo, unos textos escolares, impartir clases y formar maestros. Es un proceso que, pese a nuestros problemas y dificultades, se viene llevando a la práctica desde 1976”, valora Jatri Aduh, ministro de Educación de la RASD hasta principios de abril
Para valorar la vitalidad del idioma de Cervantes hablamos con Jatri Aduh, ministro de Educación, Enseñanza y Formación Profesional de la RASD hasta principios de abril, cuando ha pasado a ser embajador de la RASD en Argelia. Aduh es un viejo militante del Polisario, formado en la organización clandestina en El Aaiún durante la colonización española. Su tarea como ministro tuvo el objetivo fundamental de mantener los altos estándares de educación de su pueblo —según datos de la UNESCO, el 96% de la población saharaui se encuentra alfabetizada, una cifra solo superada en África por Sierra Leona. Y entre los objetivos de dicha formación se encuentra el aprendizaje del español: “Efectivamente, desde la creación de la República, las instituciones que se encargan de llevar adelante este proceso han tratado de establecer ese idioma como segunda lengua, incluso yo diría que es una de las lenguas oficiales de la República saharaui. Por consiguiente, se ha tratado de elaborar un currículo, unos textos escolares, impartir clases y formar maestros. Es un proceso que, pese a nuestros problemas y dificultades, se viene llevando a la práctica desde 1976; y desde el tercer año de primaria hasta el nivel de la ESO, se imparten clases en castellano, lo que sería la educación básica. El problema es que, a partir de ahí, los estudiantes van fundamentalmente a centros argelinos a recibir educación superior, y esta se imparte, además de en árabe, en francés, lo que hace que ya no tengan la posibilidad de seguir cursando estudios en español”.
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Fuente: https://www.elsaltodiario.com/sahara/idioma-cervantes-sigue-resonando-arenas-del-sahara