“Desmontando bulos contra el pueblo saharaui y el Frente Polisario”
En los últimos años, se ha instalado con fuerza en medios de comunicación, instituciones y discursos diplomáticos una fórmula engañosa para referirse al Sáhara Occidental: “territorio en disputa”. Esta expresión, aparentemente neutral, distorsiona la realidad que el derecho internacional y la jurisprudencia europea han dejado meridianamente clara: el Sáhara Occidental no es un territorio en disputa, es un territorio ocupado y pendiente de descolonización, sometido a una dominación colonial por parte del Reino de Marruecos.
Desde 1963, el Sáhara Occidental figura en la lista de territorios no autónomos de la ONU. Según el derecho internacional, eso implica que está bajo un proceso de descolonización aún no culminado. La potencia administradora reconocida fue —y sigue siendo de iure— España, que nunca completó legalmente ese proceso. En lugar de facilitar el referéndum de autodeterminación, el Estado español firmó en 1975 los llamados Acuerdos de Madrid con Marruecos y Mauritania, careciendo de toda validez jurídica internacional. Esa retirada ilegal dejó el camino libre a la invasión marroquí, consumada mediante la “Marcha Verde” y la posterior ocupación militar, que persiste hasta hoy.
Ese mismo año, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) emitió un dictamen categórico: no existía ningún vínculo de soberanía territorial entre Marruecos y el Sáhara Occidental (párr. 162). La Corte reafirmó el derecho inalienable del pueblo saharaui a la autodeterminación, tal como recoge la Carta de las Naciones Unidas. Sin embargo, Marruecos impuso su presencia por la fuerza, con la complicidad de gobiernos occidentales y el silencio cómplice de gran parte de la comunidad internacional.
Décadas después, esa misma posición jurídica ha sido reforzada por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). En su sentencia del 21 de diciembre de 2016 (asunto C-104/16 P), el TJUE declaró que el Sáhara Occidental tiene un “estatuto separado y distinto” respecto a Marruecos (apartado 92), lo que impide que los acuerdos entre la UE y Marruecos se apliquen al territorio saharaui sin el consentimiento del pueblo saharaui, representado por el Frente Polisario. Esta doctrina ha sido reiterada en las sentencias de 2018 y 2021, consolidando un marco legal: el Sáhara Occidental no forma parte de Marruecos y su ocupación carece de legitimidad.
¿Por qué entonces se sigue utilizando la expresión “territorio en disputa”?
Porque ofrece una salida cómoda a quienes desean eludir la verdad jurídica y política. Presentar la situación como una “disputa” entre dos partes equivalentes borra el hecho fundamental de que hay una potencia ocupante que impide el ejercicio del derecho a la autodeterminación, y un pueblo colonizado que lleva casi cincuenta años resistiendo en el exilio, bajo ocupación o en la diáspora.
El doble rasero es evidente. Cuando Rusia ocupó Crimea, Donetsk o Lugansk, nadie llamó a Ucrania “territorio en disputa”. Se habló —con razón— de ocupación, anexión ilegal y violación del derecho internacional. ¿Por qué entonces se acepta un lenguaje ambiguo en el caso del Sáhara Occidental? ¿Qué lo diferencia en esencia de la ocupación rusa? En ambos casos, se vulneran principios universales: la soberanía de los pueblos, la integridad territorial y la prohibición del uso de la fuerza para adquirir territorio.
Legalidad internacional, no retórica
La ONU ha reconocido al Frente Polisario como único representante legítimo del pueblo saharaui, como se recoge en la Resolución 34/37 de la Asamblea General (1979). Cualquier solución política debe contar con su participación directa.
El autodenominado “plan de autonomía” marroquí, presentado como “solución realista”, ignora este derecho fundamental y busca consolidar la anexión mediante hechos consumados y respaldo diplomático interesado.
Mientras no se celebre un referéndum de autodeterminación libre y con garantías, el estatus del Sáhara Occidental seguirá siendo el de un territorio ocupado.
Llamar a las cosas por su nombre
Desde la PLATAFORMA «NO TE OLVIDES DEL SÁHARA OCCIDENTAL», denunciamos el uso de expresiones deliberadamente ambiguas que diluyen la verdad. Llamar “territorio en disputa” al Sáhara Occidental no solo es jurídicamente falso, sino que legitima la ocupación y silencia la voz del pueblo saharaui.
Esto no es una disputa territorial entre dos Estados. Es una lucha de descolonización frente a una ocupación ilegal impuesta por la fuerza.
Y es también un test para la coherencia de la comunidad internacional, que debe dejar de mirar hacia otro lado. Las sentencias están dictadas, los principios están definidos y la legalidad es inequívoca. Lo que falta es voluntad política y valor moral.
El Sáhara Occidental no es un asunto lejano ni complejo: es un caso de ocupación colonial sostenido por el silencio, el doble rasero y la cobardía. Y nosotros no vamos a callar.
Porque no se trata de una disputa. Se trata de justicia.
PLATAFORMA «No te olvides del Sahara Occidental»: Este artículo forma parte de una serie que titulamos “Desmontando bulos contra el pueblo saharaui y el Frente Polisario”, donde analizamos y respondemos a las falsedades que buscan deslegitimar la lucha saharaui y blanquear la ocupación marroquí.
Seguiremos publicando nuevas entregas con rigor, documentación y compromiso con la causa saharaui.