Desde las operaciones mineras para extraer el valioso fosfato hasta el transporte, la connivencia con el estado marroquí supone perjuicios millonarios para el pueblo saharaui
Este nuevo informe pone nombre a los principales socios del estado marroquí en el saqueo de fosfatos en los territorios ocupados. Esto supone una violación del Derecho Internacional, ya que la explotación de recursos naturales en territorios ocupados o considerados colonia por las Naciones Unidas (como es el caso del Sahara Occidental), está sujeto a la autorización del pueblo saharaui, el cual está representado y reconocido internacionalmente en el Frente Polisario, quien en estos momentos y después de la ruptura de la tregua en 2021 está en conflicto abierto con el estado marroquí.
El informe se centra en la mina de Bou Craa, la cual en la actualidad es gestionada y pertenece a la Office Chérifien des Phospates S.A. (OCP), la cual es la empresa nacional de fosfatos de marruecos, a su vez, Phospates de Boucraa S.A. (Phosboucraa) es una empresa totalmente controlada por la OCP que es la realiza la explotación minera, el transporte, así como el marketing de la mina. También cargan en puerto y realizan el tratamiento de los recursos extraídos en la planta localizada en la costa Atlántica en El Aaiún ocupado.
Desde la invasión en 1975, la mina ha sido expoliada y sus recursos exportados a través de cargueros. Los datos de OCP cifran una producción anual de 2,6 millones de toneladas anuales y se estima que la mina de Bou Craa tendrá unas reservas de 500 millones de toneladas. A pesar de que la empresa reclama que solo el 2% de las reservas de fosfatos explotados en el país provienen de esta mina, la realidad es que la excepcionalmente alta calidad de los fosfatos extraídos del Sahara Occidental lo hacen muy atractivo.
Durante los años que ha sido explotada, OCP se ha contradicho en sus propios informes a la hora de asegurar si solamente ha estado explotando una de las capas de la mina o si ya ha procedido a explotar la segunda de menor calidad, pero se teme que los fosfatos de alta calidad se estén terminando sin que los saharauis hayan podido disfrutar de sus recursos naturales.
Se estima que tanto la cantidad de fosfatos exportados como el valor por el cual se han vendido se ha incrementado, pasando de 1.231.400 toneladas en 2022 a 1.591.800 en 2023 y de un valor de 341 millones de dólares en 2022 a 406 millones en 2023. El número de cargueros que han salido del territorio ocupado también se habría incrementado de 23 barcos a 29.
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