La V. edición del curso online Empresas y Derechos Humanos en el Sáhara Occidental!, de la mano de Mundubat y Cantabria por el Sáhara, abordará, entre otras cuestiones, la forma en que las exportaciones de los tomates “marroquinizados” -producidos ilegalmente por Marruecos en el Sáhara ocupado- contribuyen al régimen de ocupación del reino de Marruecos y las violaciones de los Derechos Humanos que continúa cometiendo contra el pueblo saharaui.
En estos días de crisis, protestas y concentraciones del sector agrario, miles de personas y organizaciones que sufren en primera persona las consecuencias del abandono histórico del sector primario están trasladando el malestar del campo en las calles y carreteras a lo largo y ancho del estado español.
Entre otras medidas y proclamas, ha sonado con fuerza la demanda a favor de las “clausulas espejo”: se trata de que en los acuerdos comerciales que la Comisión Europea negocia con terceros países, se incluya un apartado que asegure que habrá reciprocidad entre las exigencias y condiciones que se imponen en la producción a agricultoras y ganaderas, independientemente del país de origen de los productos. Esto supondría que las normas ambientales, sanitarias, de bienestar animal… que se exigen en el estado español o en cualquier estado europeo, también sean requeridas en el caso de los productos que se importen desde otros países.
He ahí por qué queremos volver a poner sobre la palestra el caso de los tomates en Europa. Parece ser que, entre otros factores, debido a que no se está aplicando esa reciprocidad o “clausulas espejo” en los intercambios comerciales entre la Unión Europea y Marruecos, el sector productor de tomates en el estado español se está volviendo insostenible: el mercado español se está inundando de tomates que vende Marruecos a un precio muy inferior con respecto a lo que sería viable en cualquier invernadero español. Por supuesto, la competencia desleal, el dumping… tiene para el campo español, ya inmersa en una deriva de precarización persistente, unos efectos demoledores que no se pueden negar… sin embargo, nos encontramos ante el riesgo de caer en enfoques e interpretaciones unidireccionales e incluso coloniales a no ser que miremos el reverso de esta realidad que siempre tiene una cara “A”, la que se visibiliza y “merece” la atención de los medios, y la cara “B”, la oculta, la ignorada, la olvidada.
¿Qué ocurre con el tema de los tomates si lo miramos a través de esa cara “B”? ¿Qué se esconde detrás de esa supuesta rentabilidad del tomate “marroquí” y cuáles son las implicaciones que se diluyen en las rutas de exportación hasta que llegan a nuestros supermercados?
Pues el viaje de estos tomates comienza en una ciudad llamada Dajla, en la costa atlántica, territorio del Sáhara Occidental ocupado por el reino de Marruecos. Las autoridades marroquíes implantaron allí, desde hace años, la llamada megalópolis del tomate: 5 grupos empresariales gestionan las explotaciones -uno de ellos además participado por el rey Mohamed VI-, además del exalcalde de Agadir y el ministro de Agricultura de Marruecos.
Marruecos y las empresas que explotan este territorio se están aprovechando de los beneficios fiscales acordados en este territorio ilegalmente ocupado, además de la sobreexplotación de la mano de obra -diez veces más bajo que en el estado español-, la climatología favorable -con 300 días de sol al año”-, donde producen a gran escala y a muy bajo coste los tomates que después Marruecos vende a los mercados europeos a unos precios extraordinariamente competitivos. Estos tomates se “marroquinizan” como por arte de magia al ser transportados de Dajla a Agadir, donde se mezcla con los tomates de la zona y son vendidos en cajas que llevan etiquetas “made in Morocco”.
Tal y como recalcaban Celia Murias y Jesús García-Longos en el estudio que elaboraron para Mundubat en 2020, “Derechos Humanos y Empresas Transnacionales en el Sáhara Occidental. Un estudio sobre la producción del tomate en la región de Dakhla”, utilizar, la política de desarrollo agrícola, como hace Marruecos, como herramienta para asentarse ilegalmente en un territorio, extraer beneficios del mismo y privar al pueblo saharaui de sus propios recursos, constituye una grave violación del Derecho Internacional; exactamente, conculca los reglamentos comunitarios 543/11 de la ley de Información del Consumidor (2011) y el Acuerdo Euro-Mediterráneo, entre otras normas.
Ahora, en la nueva edición del curso online gratuito Empresas y Derechos Humanos en el Sáhara Occidental, que está a punto de arrancar -el plazo de inscripciones se cierra el 20 de febrero de 2024-, será la propia Celia Murias quien guiará al alumnado interesado en profundizar en la cuestión de la ocupación del Sáhara Occidental y la economía política que se trama entre Marruecos y terceros países y empresas cómplices y beneficiarias de esa ocupación. Más allá de desentrañar y comprender lo que se esconde tras el caso concreto de los tomates de Dajla, las participantes en este curso tendrán la oportunidad de generar un amplio aprendizaje y una sólida capacidad de análisis sobre el conflicto del Sáhara Occidental, la economía política de sus recursos naturales, la implicación de las empresas y sus impactos en los derechos humanos. Está dirigido a estudiantes, personal técnico y profesional del tercer sector, activistas sociales, periodistas y personas procedentes de colectivos sociales vinculados con el Sáhara Occidental.
Origen: Empresas, derechos humanos… y la «cara B» del tomate «marroquinizado» – Mundubat