La coordinadora del proyecto Escuelas Transformadoras de la Cátedra de Cooperación y la DPZ relata la experiencia de colegios zaragozanos que están trufando de valores el currículo escolar
En una sociedad globalizada, digitalizada e hipercomunicada, los niños y niñas en edad escolar reciben muchísima información, podríamos decir que demasiada, y ante esta situación la pregunta que nos hacemos algunos y algunas educadoras es qué tipo de información reciben y qué valores desarrollan.
En este contexto, el proyecto Escuelas Transformadoras, financiado por la Diputación de Zaragoza (DPZ) y enmarcado en el convenio de la Cátedra de Cooperación para el Desarrollo, firmado entre la DPZ, la Universidad de Zaragoza y la Federación Aragonesa de Solidaridad, se centra en informar y formar a la comunidad educativa en valores de compromiso social, ciudadanía global y solidaridad.
Igualmente, el proyecto ofrece al alumnado y a la comunidad educativa la oportunidad de alzar la voz y trabajar valores de respeto, convivencia y justicia con las personas y con el medioambiente, tanto a nivel local como a nivel global en el resto del mundo. Así, en los colegios e institutos que participan se realizan actividades en las que el alumnado y la comunidad educativa son los verdaderos protagonistas, sin olvidar que nos encontramos en convivencia con el resto de las personas y con nuestro entorno natural.
Surgen, de esta manera, proyectos como el del CRA Luis Buñuel, en el que los niños y niñas pasan a ser artistas. A través de las diferentes disciplinas artísticas, conocen realidades del resto del mundo, a la vez que trabajan por mejorar su entorno más cercano, transformando su patio para que sea más inclusivo, para que atienda a los intereses y necesidades de todos los niños y niñas del colegio. Aprenden no solo matemáticas, lenguaje o arte, sino que también aprenden valores de convivencia y de respeto a la diferencia, ya sea de tipo social, de género, cultural o cualquier otra.
En otro centro educativo, en el CEIP Reino de Aragón, los niños y niñas conocen cómo se percibe y cómo se vive la discapacidad en un campamento de refugiados, experimentando, jugando y reflexionando conjuntamente con todos los compañeros y compañeras de la clase.
Los niños y niñas no se olvidan del cuidado y respeto por el medio ambiente. Alumnado de diferentes colegios experimenta, a través del trabajo en el huerto, cómo convivir con respeto con nuestro entorno natural, a la vez que aprenden matemáticas, lengua y ciencias naturales, entre otras áreas académicas. Estos niños y niñas nos explican cómo consumir productos de temporada, el valor de un consumo responsable de agua y, también, la importancia de una colaboración entre compañeros y con el vecindario para que las hortalizas y verduras de sus huertos crezcan sanas y fuertes.
En otras aulas, los niños y niñas han investigado y se han documentado sobre los campamentos de refugiados, su origen y sus condiciones educativas y vitales. Es el caso de los niños niñas del CEIP Santa Engracia, que han iniciado un proceso de intercambio de cartas con los niños y niñas del Colegio El Bohla, situado en Smara, en los campamentos de refugiados saharauis.
Estas y muchas más son las actividades que el alumnado de colegios e institutos de la provincia de Zaragoza realiza y a través de las cuales expresan sus intereses, inquietudes y preocupaciones sobre cómo construir un mundo mejor.
Otra educación es posible
Centros educativos grandes, pequeños, con más o menos alumnado, o más o menos recursos, están incluyendo la Educación para la Ciudadanía Global en sus aulas, no como un elemento extra o como elemento añadido, sino de manera transversal, desarrollando proyectos multidisciplinares, centrados en las necesidades, los intereses y las experiencias del alumnado. No depende, por tanto, del tamaño del centro o de los recursos disponibles, sino de la actitud y los valores del profesorado que lidera el centro.
A través de estas prácticas educativas inclusivas y de educación para la ciudadanía global, alumnado, familias y comunidad educativa al completo disfrutan de un modelo educativo que va más allá de los saberes académicos. Desde este enfoque educativo, las actividades escolares se centran en el desarrollo de ciudadanos y ciudadanas competentes, con compromiso activo en la construcción de una sociedad mejor, más justa, más equitativa y solidaria. Estos colegios e institutos nos demuestran a toda la comunidad educativa que otro enfoque de enseñanza es posible.
Origen: Enseñar desde otra perspectiva