El Aaiún (Zonas Ocupadas), 7 de septiembre de 2021 (SPS) – Las familias de los presos políticos saharauis del Grupo Gdeim Izik han expresado su preocupación por la negligencia practicada por las autoridades de ocupación marroquí contra sus hijos, quienes siguen aplicando una política discriminatoria hacia ellos, aprovechando la pandemia de la COVID-19 para privarles de sus derechos legítimos como las visitas familiares, que llevan casi dos años sin ocurrir.
En este sentido, la familia del preso político saharaui, Mohamed Lamín Abidín Haddi, informó a la Liga para la Protección de los Presos Saharauis en las Cárceles Marroquíes que “lleva más de cincuenta y tres días, desde el pasado 16 de julio de 2021, sin recibir noticias de su hijo que sigue sufriendo maltratos y traslados arbitrarios permanentes por parte de las autoridades penitenciaras de la cárcel de Tifelt 2, en Marruecos”. El maltrato y las humillaciones sufridas por el activista Mohamed Lamín se deben a su huelga que de hambre llevada a cabo por más de sesenta y nueve consecutivos y que fue obligado a abandonar de forma forzosa por las autoridades carcelarias marroquíes.
En el marco de las huelgas de hambre llevadas a cabo por los presos político saharauis en protesta por sus precarias condiciones de encarcelamiento y violaciones de sus derechos, cabe destacar que las autoridades de carcelarias marroquíes han faltado a su compromiso hecho a los presos políticos saharauis Abdal-la Luali Ahmed Lejfauni, Sid Al-Bachir Alali Butenguiza y Sid Abdal-la Ahmed Sidi Abhah de trasladarlos a una cárcel cercana a donde residen sus familias, tras romper sus huelgas de hambre que han durado treinta y tres días, entre marzo y abril de 2020.
Por otra parte, el preso político Bachir Abdelmajdar Jadda sufre un aislamiento total y la privación de su derecho a la comunicación y el ocio diario en represalia por las huelgas de hambre que ha realizado para exigir sus derechos.
Además, entre los casos que más han sufrido de los tratos discriminatorios y la privación de su derecho a comunicarse con la familia, es el del preso político Mohamed Hassanna Ahmed Salem Bureal que, según han informado fuente de su familia a la Liga para la Protección de los Presos Saharauis, “está siendo sujeto de forma casi permanente a inspecciones provocativas por parte de los guardias de la cárcel, última de las cuales fue el pasado 6 de septiembre de 2021, junto a las precarias condiciones de confinamiento y la privación de su derecho a la atención médica”.
Y lo que más confirma los temores de las familias de los presos políticos saharauis del Grupo Gdeim Izik, en relación a las inhumanas condiciones de encarcelamiento en las que se encuentran, es la falta de consideración por parte de las autoridades de ocupación marroquí a la dimensión social y humanitaria de su situación, rechazando todas las solicitudes presentadas por las familias para que sean trasladados cerca del lugar donde residen, a sabiendas de que las condiciones de salud de los padres y madres del grupo Agdem Izik no se les permite viajar a largas distancias para visitar a sus hijos, tal como había pasado con el padre del activista Sid Al-Bachir Alali Butenguiza. (SPS)
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