«Los expertos siempre te van a decir que un conflicto no termina cuando decimos que termina. Los campos de minas antipersona son la prueba que queda de eso, como los que quedan en los territorios liberados del Sáhara Occidental».

Raquel Larrosa es la directora de Disonancia (2025), cortometraje documental sobre el grupo SMWAT. Se trata de una asociación de mujeres saharauis cuya peligrosa tarea es ‘limpiar’ campos de minas, como esos que sirven de «cicatriz» del conflicto junto al muro marroquí en los territorios ocupados.

«Llevo casi 14 años trabajando sobre el conflicto saharaui, intentando contar la historia de la población desplazada desde hace más de 50 años por Marruecos al desierto. En 2019 conocí la historia de un grupo de desminadoras que eran solo mujeres y quise contarla«.

Disonancia muestra la historia de Fatimetu Bucharaya, una mujer saharaui residente en Tinduf, en los campamentos en zona argelina. Había trabajado en grupos de desminadores mixtos organizados por las misiones de paz de la ONU.

«Ella forma esta asociación con otras mujeres que ya tienen experiencia desminando. Conocí su trabajo a través de la prensa, con un artículo que ya tenía una fotografía potente. Una mujer saharaui con pantalones y sin melhfa, la vestimenta tradicional saharaui, que sostenía un detector de minas».

Hostilidad local

El Sáhara Occidental, de hecho, está considerado una de las zonas más minadas del mundo. Entre 7 y 10 millones de minas antipersona se cobran una media de 30 víctimas mortales al año (sin contar heridas) alrededor del muro de 2700 kilómetros que separa los territorios ocupados de los liberados. Se calcula que custodian más de 160.000 soldados marroquíes.

«En el equipo hay también mujeres más jóvenes que igual no tienen formación y no llegan a desminar, pero se dedican a la sensibilización, como se ve en el documental. Saben que prevenir en las escuelas puede ayudar, impedir que los niños se acerquen a las minas o a las zonas peligrosas»

Disonancia, años de la pandemia mediante, ha tardado casi seis años en llegar a cines y festivales. En este tiempo la situación en el Sáhara Occidental incluso ha empeorado. Y el equipo de rodaje se ha encontrado con toda clase de problemas tanto por parte de Marruecos como de Argelia, donde se encuentran los campos de refugiados.

‘Skeikima’

El anterior trabajo de Larrosa, Skeikima (2017), contaba la vida de los jóvenes saharauis que viven en los territorios ocupados. Al otro lado del muro, y donde actualmente no se puede grabar porque está vigilado por drones y soldados.

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