Ebbaba fue acogida por una familia italiana hasta que eligió volver con su familia, en los campamentos de Tinduf. Fue su padre, que vio truncada la carrera de magisterio por la invasión marroquí y la guerra, quien la convenció de volverlo a intentar, esta vez en Extremadura, porque soñaba con que su hija estudiara medicina. Llegó a España con esa idea, pero cuando en el Instituto se dio cuenta de que la peor enfermedad del Sáhara era el silencio decidió convertirse en médica, pero médica del silencio. Y así cambió su rumbo y estudió periodismo. Actualmente trabaja como periodista en Televisión Española y no pierde una sola oportunidad para matar ese silencio con su palabra.

Ahora, tras un par de años de trabajo, ha publicado esta novela, Flores de papel, muy bien editada por Península, que es un estallido de palabras. Ebbaba recorre la historia del Sáhara, desde los últimos años de la dominación española hasta nuestros días. Y lo hace a través de tres generaciones: la de su abuela Leila, arrancada de la Badía por la sequía y la hambruna para ser trasplantada al tejido urbano de la costa, la de su madre, Naima, que vivió los terribles sucesos de la invasión, la huida por el desierto, el bombardeo de Um Draiga y el levantamiento del primer campamento en Dajla, y la suya propia, desde su experiencia italiana hasta la consecución de su sueño. Y lo hace tejiendo las tres historias de manera magnífica. No solo es historia, es vida, sin dejarse detener por los tabúes, desde el sexo hasta el tribalismo, la esclavitud y la condición femenina.

Un libro precioso y sí, emocionante, que acaba en nuestros días, con el interrogante permanente del futuro de su pueblo. Y eso es lo principal, que la que escribe es una saharauía que habla de su pueblo. Todos los libros de los españoles que hemos intentado acercarnos a su realidad son nada a su lado. Ya Baida Embarek Rahal lo hizo hace un par de años con su crudo y potente libro de relatos Una mujer que espera, lo hizo también Ali Salem Iselmu en varios libros de relatos, y Limam Boisha tiene una novela en busca de editor, pero esta es la primera novela saharaui que alcanza una notoriedad que sin duda animará a otras mujeres y hombres saharauis a intentarlo, porque la novela es el taller en el que se digieren el pasado y el presente para construir el futuro.

Es nuestro sueño también que en las cinco bibliotecas del Bubisher nazca una generación de escritoras y escritores saharauis que, como Ebbaba, se levanten y digan: esta es nuestra voz, esta es nuestra historia, y la escribimos desde el mohayam.

Gonzalo Moure