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A menos de dos semanas de la votación en el Consejo de Seguridad sobre la renovación del mandato de la MINURSO, Francia intensifica sus gestiones diplomáticas para legitimar el “plan de autonomía” marroquí dentro de la próxima resolución de Naciones Unidas. Según revela Africa Intelligence, París busca incluir en el texto referencias explícitas al plan de Rabat, disfrazadas de una “actualización” o “negociación en curso”, pero sin modificar ni una sola línea del documento de 2007.
Esta nueva operación diplomática no es una excepción: busca consolidar la narrativa de que el conflicto “solo puede resolverse” dentro de la “soberanía marroquí”
Si el Consejo de Seguridad aprueba una resolución con lenguaje favorable al plan marroquí, estaría abriendo la puerta a la normalización definitiva de la ocupación. El desenlace de esta maniobra mostrará hasta qué punto la ONU sigue siendo garante del derecho internacional o simple espectadora de su erosión.
ARTÍCULO QUE SE CITA: Maroc: Le chef de la diplomatie Nasser Bourita à Paris pour parler du Sahara occidental
Diplomacia a tres bandas: París, Londres y Washington
El ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, viajará a París los días 22 y 23 de octubre para cerrar los últimos acuerdos con su homólogo francés, Jean-Noël Barrot. Este encuentro culmina meses de contactos secretos entre ambas capitales y se produce tras el reciente respaldo oficial del Reino Unido al plan marroquí, anunciado el 1 de junio. Con este movimiento, el bloque conocido como el “P3” —Francia, Reino Unido y Estados Unidos— busca garantizar una resolución favorable a Marruecos y contraria al derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación.
El memorando francés: un plan bajo apariencia técnica
En julio, un comité franco-marroquí de seguimiento, reunido discretamente en Rabat, acordó una hoja de ruta centrada en “actualizar” el plan de autonomía. Un mes después, el embajador francés en Rabat, Christophe Lecourtier, entregó a Bourita un memorando confidencial con “pistas” para esa supuesta actualización. El documento abordaba cuestiones sensibles —como la representación de la población saharaui, el retorno de los refugiados y las condiciones de un referéndum limitado a validar la autonomía—, tomando como modelo el estatuto de la Polinesia francesa. En realidad, este enfoque no busca una solución política sino un maquillaje jurídico que consolide la ocupación bajo apariencia de negociación.
Coordinación con Washington y Londres
El informe confirma que el equipo de Emmanuel Macron mantuvo contactos directos en Washington el 18 de agosto, durante el foro sobre Ucrania, con los enviados especiales del presidente estadounidense Donald Trump: Steve Witkoff y Massad Boulos. En esas reuniones, París y Washington acordaron coordinar su postura ante el Consejo de Seguridad. Los tres países promueven una redacción que incluya por primera vez la “soberanía marroquí” sobre el Sáhara Occidental como elemento implícito de la resolución, lo que supondría un cambio de naturaleza en el mandato de la MINURSO.
El papel de Argelia y las reticencias regionales
Según las mismas fuentes, el enviado estadounidense Massad Boulos llegó a sondear al presidente argelino Abdelmadjid Tebboune sobre una posible “flexibilización” de su postura, sin obtener un compromiso firme. Argelia mantiene su apoyo histórico a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y rechaza cualquier resolución que sustituya el referéndum de autodeterminación por un marco de autonomía. No obstante, el hecho de que Washington y París intenten presentarse como mediadores evidencia una estrategia para diluir la cuestión saharaui en una lógica bilateral entre Marruecos y Argelia.
La resolución del 30 de octubre: un riesgo calculado
El borrador que se elabora en Washington busca renovar la MINURSO sin alterar su estructura formal, pero incorporando una “cláusula de revisión” sobre su perímetro operativo y un reconocimiento indirecto del plan marroquí. De aprobarse, esta maniobra abriría la puerta a futuras negociaciones “avanzadas” bajo control franco-estadounidense y con un lenguaje que legitime la ocupación. No se trataría de una reforma abierta de la misión, sino de un cambio sustancial de su sentido: pasar de un mandato de descolonización a uno de estabilización bajo soberanía marroquí.
París, actor clave en la distorsión del proceso
Francia, potencia nuclear y miembro permanente del Consejo de Seguridad, lleva décadas utilizando su influencia para bloquear cualquier avance en el proceso de autodeterminación saharaui. Esta nueva operación diplomática no es una excepción: busca consolidar la narrativa de que el conflicto “solo puede resolverse” dentro de la “soberanía marroquí”. Con el apoyo de Londres y Washington, París pretende reemplazar el derecho internacional por un consenso de intereses, sacrificando la legalidad en nombre de la “estabilidad regional”.
Una resolución que pondrá a prueba a la ONU
A medida que se acerca la votación del 30 de octubre, la comunidad internacional se enfrenta a una disyuntiva crucial: respetar el derecho del pueblo saharaui a decidir su futuro o ceder ante las presiones del eje París–Rabat–Washington. Si el Consejo de Seguridad aprueba una resolución con lenguaje favorable al plan marroquí, estaría abriendo la puerta a la normalización definitiva de la ocupación. El desenlace de esta maniobra mostrará hasta qué punto la ONU sigue siendo garante del derecho internacional o simple espectadora de su erosión.
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Maroc: Le chef de la diplomatie Nasser Bourita à Paris pour parler du Sahara occidental
Origen: Maroc • Le chef de la diplomatie Nasser Bourita à Paris pour parler du Sahara occidental