El Sahara Occidental es la última colonia de África pendiente de descolonizar. En 1963 Naciones Unidas la incluyó en su lista de territorios no autónomos. Marruecos sigue siendo la potencia ocupante, aunque nunca se le reconoció soberanía alguna sobre este territorio. España, a pesar de sus esfuerzos por convertirla en marroquí, sigue siendo hoy su potencia administradora. Según la legislación internacional tiene la obligación de acabar aquel proceso de autodeterminación, que interrumpió con el fin de abandonarlo y entregarlo a Marruecos.

Desde entonces son ya 50 años de resistencia de la población saharaui en el Sahara Occidental bajo la monarquía totalitaria alauí cuya estrategia de exterminio incluye por supuesto la destrucción de la identidad saharaui. Marruecos prohíbe y reprime cualquier manifestación identitaria en los Territorios Ocupados. Activistas saharauis, hombres y mujeres, incluso menores descendientes de sus familias son cruelmente castigados, encarcelados y apaleados por el hecho de exhibir o reivindicar cualquier signo de identidad. Tienen prohibido en la escuela estudiar en su idioma, el hassanía; se les obliga a hacerlo en dariya (árabe marroquí). No pueden hablar en hassanía. Las quejas y denuncias no obtienen respuesta y suelen conllevar represalias.

El hassanía es una rama de las lenguas árabes que se habla en toda Mauritania, en el Sahara Occidental y en el extremo sur de Marruecos, así como entre las personas refugiadas saharauis en Argelia y la población saharaui que conforma la diáspora. También en Mali hay poblaciones que lo hablan. Muestra diferencias fonéticas, de vocabulario y de gramática con respecto al árabe de Marruecos, Argelia o Túnez. Se caracteriza por su riqueza consonántica, la cual preserva la mayoría de los fonemas del árabe antiguo pero añade nuevas variantes. El hassania es lengua vehicular en los campamentos de personas refugiadas, pero no tiene reconocimiento de lengua oficial en ningún país, aunque sí lo tiene como lengua nacional. Ha sido y es símbolo de defensa y unidad entre las personas saharauis.

Hoy, 18 de diciembre, Día Mundial de La Lengua Árabe, desde nuestra asociación integrada por personas saharauis y vascoparlantes, con complicidad y conscientes de la importancia que tiene el respeto, conocimiento, conservación y uso de la lengua propia como elemento identitario y cohesionador que garantiza la supervivencia de los pueblos, queremos llamar la atención sobre la situación de abandono y desprotección que sufre el hassanía en los territorios ocupados, como así lo refleja el vacío institucional al que está sometido y la falta de un reconocimiento oficial en organismos internacionales. Seguiremos acompañando y poniendo voz a cada una de las vulneraciones de derechos que sufre el pueblo saharaui.

Hoy, en este día, uno más de tantos que proclama la ONU, lo volvemos a hacer por la deuda de reparación que el pasado colonialista europeo tiene con los pueblos colonizados, por la conservación del patrimonio que conforma la diversidad lingüística y cultural de todos los pueblos, porque la diversidad es la mayor riqueza de la humanidad, por el pueblo saharaui.

*En representación de Saharako Kabiak Elkartea / Asociación Nidos del Sahara