Marruecos está ganando la partida
Lamentablemente el acuerdo de pesca euromarroquí, que incluye las aguas del Sáhara, ha superado hoy un decisivo trámite parlamentario al ser aprobado en la comisión de pesca, lo que allana el camino para su posterior aprobación en plenario el mes de febrero, antes de que la cámara marroquí haga lo propio. Nadie ha defendido con ardor el mejor derecho de los saharauis para que Marruecos no hable en nombre de ellos a pesar de las votaciones.
La facilidad con que se impusieron los eurodiputados favorables al acuerdo (17 votos a favor, 7 en contra y 2 abstenciones) tiene que ver, según los observadores, con la adopción por parte de Marruecos de un vocabulario y unos argumentos sobre el Sáhara Occidental que llegan con mayor facilidad a las distintas sensibilidades europeas.
Quedó atrás la retórica de que el Sáhara era simplemente «las provincias del sur» sobre las que Marruecos ejercía plenamente su soberanía sin injerencia exterior. Una retórica que no ha permitido que el conflicto salga de su letargo en cuatro décadas largas de paz.
Ahora Marruecos y sus aliados se han empleado a fondo en sus contactos con los eurodiputados con nuevos argumentos: primero, el acuerdo de pesca beneficia a la población local del Sáhara; segundo, la representatividad de los saharauis no es patrimonio del Frente Polisario.
Durante muchos años, Marruecos había reaccionado con hostilidad a las trabas que muchos eurodiputados (especialmente desde países nórdicos y desde la izquierda española) ponían a las negociaciones pesqueras porque -recalcaban- los saharauis no salían beneficiados.
Rabat siempre ha evitado hacer distingos entre la población marroquí y la saharaui argumentando
que es un solo pueblo, pero en los últimos años ha encontrado el modo de contestar a estos eurodiputados con sus propia retórica: el acuerdo de pesca beneficia ante todo a la población local.
Los datos que Rabat y sus aliados manejan son, entre otros, que el sector pesquero (con el agrícola) generan 65.000 empleos en el Sáhara y que el 75% de los ingresos que deja la parte europea por el acuerdo de pesca van al territorio saharaui, lo que se ha traducido en inversiones de 1.500 millones de euros en infraestructuras.
El rey Mohamed VI lo expresó con otras palabras en un reciente discurso: dijo que por cada dirham que el Estado sacaba del Sáhara, invertía siete en el territorio.
Este argumentario no solo se está usando para convencer a los eurodiputados, sino también para contrarrestar el discurso del independentismo saharaui por el que llaman expolio de sus recursos naturales, y que ganan peso en su discurso de los últimos tiempos.
La segunda cuestión sobre la que Rabat ha comenzado recientemente a insistir es en la representatividad de los saharauis: para contrarrestar la idea (aún vigente en la ONU) de que el Frente Polisario es el «único» representante del pueblo saharaui, Rabat replica que hay toda una serie de instituciones electas en el Sáhara favorables a Marruecos, en las que participan y encabezan los saharauis.
En las últimas conversaciones sobre el Sáhara del pasado diciembre auspiciadas en Ginebra por el Enviado especial de la ONU, Horst Köhler, la delegación marroquí incluyó a varios de estos saharauis que ocupan cargos en los gobiernos locales y son partidarios de Marruecos.
La Comisión Europea ha sido la primera en aceptar implícitamente -sin desmarcarse del lenguaje de la ONU- que había otros saharauis que podían hablar en nombre del Sáhara, y con tal fin sondeó el año pasado, en Rabat y en Bruselas, a grupos saharauis disidentes del Polisario o directamente pro marroquíes para conocer su opinión sobre el acuerdo de pesca.
En el último número del semanario TelQuel, su directora Aicha Akalay se hacía eco de esta nueva tendencia aparecida en lo que llamó «la tecnoestructura del Estado» marroquí, y que según ella se resumían en dos palabras claves del nuevo argumentario: «consentimiento y beneficios».
«Ni demostraciones al estilo Pravda, ni manifestaciones ridículas, sino peticiones, encuentros e intercambios: un conjunto de pruebas de que Marruecos no actúa como colonizador delante de las narices de principios comúnmente admitidos por los europeos».
El nuevo discurso no cambia en lo fundamental las tornas, pero al menos ha logrado una cosa: ser mejor aceptado entre los eurodiputados que deben dar su plácet.
Esto es una mala noticia para la independencia saharaui y su descolonización pedida por la ONU y rechazada por Marruecos, tras el vergonzoso abandono de la potencia colonial española tras la Marcha Verde y el haber dejado al albur a un territorio y a unos habitantes que no son marroquíes.
Fuente y texto completo : Iñaki Anasagasti: SHERIFF DEL CONDADO – TRANSFERENCIAS – SAHARA