Said Amidan, periodista y fotógrafo saharaui relata lo peligroso que resulta informar sobre la realidad en los territorios ocupados del Sáhara
Ese es el trabajo diario de Said Amidan, un periodista y fotógrafo saharaui defensor de los derechos humanos. «Pagamos un precio muy alto por informar de lo que ocurre en los territorios ocupados del Sáhara», cuenta a Levante-EMV en un encuentro en València, al tiempo que dice que se ha acostumbrado a vivir comprobando si alguien le persigue.
Lleva un mes aquí y se quedará seis en el Programa Valenciano de Protección Integral y Acogida de Defensoras y Defensores de Derechos Humanos. Aprende español para poder tejer puentes con otros activistas y hacer llegar la información al mundo y participará en formaciones con la Unió de Periodistes Valencians (que, por cierto, le otorgó el Premi Llibertat d’Expressió en el año 2020 por su trabajo documental).
Desde que el pasado noviembre Marruecos rompiera el alto el fuego pactado con el Frente Polisario, «se ha vuelto al punto de partida de hace treinta años: la guerra», detalla Amidan. Un punto de inflexión que ha traído «más tensión, más violencia, más miedo y más militares» para los saharauis y, por supuesto, más vigilancia y represión para los defensores de los derechos humanos. Como Sultana Khaya. Lleva más de 200 días bajo arresto domiciliario sin orden judicial. En una situación en la que sufre violencia repetida por parte de las fuerzas de seguridad marroquíes, tal como ella misma ha declarado a través de medios como Equipe Media, el proyecto periodístico de Said Amidan. Y no es la única. «Hay presos políticos, activistas en huelga de hambre y encarcelados de quienes no sabemos nada», indica el defensor de los derechos humanos, quien relata que la situación social es cada vez peor, mientras el mundo mira hacia otro lado.
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