Desde mayo de 2024, las autoridades iraníes negocian con la junta militar de Níger para la compra de 288 toneladas de uranio por un valor total de 56 millones de dólares. A cambio, Teherán se compromete a proporcionar generadores eléctricos de alta capacidad a Níger para cubrir la escasez de energía, así como apoyar los esfuerzos de transformación agrícola en el país y apoyar al sector educativo.
Según la información exclusiva, la decisión de Níger de cooperar con Irán puede llevar a EE.UU a imponer duras sanciones contra las autoridades del país. Níger también podría considerarse un objetivo legítimo para las operaciones subversivas israelíes, similar a lo que han hecho los hebreos en algunos países árabes y africanos en los últimos años. Según las mismas fuentes, la compra de uranio se realizará en tres etapas y mediante aviones de carga que aterrizarán en Niamey y volarán a Irán.
● Los brazos de Irán en la región del Sahel:
1- El Ayatolá Ibrahim Yacoub El-Zakzaky/ en Nigeria.
2- El Ayatolá Sheikh Abu Jaafar Muhammad Chabati/ en Mali.
3- Ayatolá Sadiq Al-Husseini Al-Shirazi/ en Níger.
4- Su Excelencia Mohamed Chawala Haidra / también en Mali.
Estos Ayatolá representan a los chiítas del Sahel y sus funciones complementan la agenda de Irán en esta región.
Posible choque con EE.UU en el Sahel
Mientras que los rivales de Irán, Estados Unidos e Israel siguen concentrados en los peligros potenciales que emanan de la media luna chiita dominada por Irán que se extiende desde el Líbano hasta el Yemen, Teherán está sentando discretamente las bases para una segunda media luna iraní que pronto presentará un peligro significativo para los intereses de EE.UU en la región del Sahel. Sin embargo, dentro de la estratégicamente importante región africana del Sahel, Irán está capitalizando las vulnerabilidades de las potencias occidentales para aumentar aún más su influencia económica y militar, obtener acceso a recursos vitales, desestabilizar a los gobiernos y abortar el proceso de normalización de las relaciones entre Israel y los árabes en África.
Los objetivos de Irán en el Sahel
Además, Irán tiene varios objetivos en la región del Sahel. En primer lugar, pretende reforzar su legitimidad internacional y obtener una ventaja en su rivalidad con Arabia Saudita y Occidente. Además, Irán busca difundir su ideología chií y aumentar los mercados para sus exportaciones comerciales.
La región del Sahel alberga importantes comunidades chiítas, en particular en Guinea, Malí, Mauritania, Níger, el norte de Nigeria y Senegal. Estas comunidades suelen considerarse una minoría entre la población predominantemente sunita, y sus conexiones económicas y políticas están influidas por sus relaciones con Irán y otras potencias regionales. Irán mantiene relaciones diplomáticas bilaterales con los países del Sahel y ha participado en numerosas visitas de alto nivel y acuerdos de cooperación en diversos campos, incluido la lucha contra el terrorismo, el desarrollo económico y la educación.
En el plano económico, Irán aspira a acceder a los recursos naturales de la región, como el oro, el uranio y otros minerales valiosos, para satisfacer sus necesidades económicas. También pretende brindar asistencia económica a los países del Sahel, incluidos proyectos de infraestructura, para aumentar su influencia.
Además, la reciente ola de golpes de Estado en la región del Sahel ofrece a Irán oportunidades para avanzar en su agenda. A medida que las poblaciones locales se cansan del neocolonialismo francés y de otros países occidentales, Irán puede sacar provecho de este cambio en la dinámica regional, lo que podría conducir a un nuevo campo de batalla económico entre Irán y las potencias occidentales en la región del Sahel. Turquía, Irán y Marruecos compiten por una mayor presencia económica y militar en el Sahel; Turquía vende drones de combate avanzados y desarrolla un corredor transahariano desde el Golfo de Guinea hasta Argelia.
Contexto histórico
La presencia de Irán en la región del Sahel tiene antecedentes históricos que se remontan a principios de la década de 1980, tras la Revolución Islámica de 1979. Antes de ese período, Irán estaba alineada con Estados Unidos durante la Guerra Fría. Sin embargo, después de la revolución, Irán se embarcó en una misión para difundir las enseñanzas teológicas chiítas radicales en África occidental y el Sahel a través de diversos medios, como iniciativas culturales, diplomáticas y mediáticas. Esta iniciativa se enfrentó a la oposición de países y grupos de la región liderados por Arabia Saudita que apoyaban sus intereses.
Durante los decenios de 1980 y 1990, Irán mantuvo relaciones diplomáticas bilaterales con los países del Sahel, que implicaron frecuentes visitas de dirigentes iraníes a la región y visitas recíprocas de dirigentes sahelianos a Teherán. Este período marcó los esfuerzos de Irán por establecer y fortalecer su presencia en el Sahel. En la década de 2000, la presencia de Irán en la región del Sahel se intensificó, con especial atención a la lucha contra el terrorismo y el extremismo. Además, Irán trató de promover los vínculos económicos en diversos sectores como parte de su estrategia.
En la década de 2010, el acercamiento diplomático de Irán a la región del Sahel persistió, caracterizado por visitas de alto nivel y acuerdos de cooperación en múltiples áreas, como la lucha contra el terrorismo, el desarrollo económico y la educación, lo que refleja el enfoque multifacético de Irán para expandir su influencia en la región.
En la década de 2020, Irán aprovechó la creciente brecha entre los nuevos líderes del Sahel y los países occidentales, en particular Estados Unidos y Francia. Esta brecha le brindó a Irán la oportunidad de ampliar aún más su influencia en la región. Al aprovechar las tensas relaciones entre los líderes del Sahel y sus homólogos occidentales, Irán pretendió fortalecer su posición y ampliar su alcance en el Sahel.
La comunidades chiítas en el Sahel
La percepción de la influencia de Irán entre las comunidades chiítas locales de la región del Sahel varía. Mientras que algunos ven a Irán como un defensor de sus intereses y promotor de sus creencias religiosas, otros abordan su presencia con cautela. Quienes apoyan la presencia de Irán creen que ayuda a contrarrestar la influencia de los grupos extremistas suníes y las potencias occidentales. Además, aprecian los esfuerzos de Irán por difundir las enseñanzas teológicas y las prácticas culturales chiítas, ya que fortalecen su identidad religiosa y fomentan las conexiones con otras comunidades chiítas en todo el mundo.
Sin embargo, las comunidades chiítas, preocupadas por el daño potencial a sus conexiones económicas y políticas con los intereses comerciales sunitas y las entidades pro occidentales, tienden a mantener un perfil bajo en las actividades políticas de apoyo a Irán. Además, el atractivo de los grupos sunitas extremistas en la región, como Al Qaeda y el Estado Islámico, puede hacer que algunas comunidades chiítas sean menos receptivas a la influencia radicalizadora de Irán, ya que su principal objetivo es contrarrestar la amenaza que plantean estos grupos. Además, la necesidad de mantener buenas relaciones con los gobiernos predominantemente sunitas, que pueden ser cautelosos ante la influencia iraní, también contribuye a la actitud cautelosa de las comunidades chiítas locales hacia Irán.
Las estrategias de poder blando de Irán
Las estrategias de poder blando de Irán en la región del Sahel abarcan una amplia gama de enfoques, que incluyen iniciativas educativas, culturales y caritativas. Estos esfuerzos multifacéticos están cuidadosamente diseñados para promover los objetivos ideológicos y políticos de la República Islámica, reforzar su posición internacional y extender su influencia dentro de la región.
Un aspecto importante de la estrategia de poder blando de Irán es la expansión de su famosa Universidad Islámica Azad más allá de sus fronteras nacionales, con especial atención a la región del Sahel. Esta medida estratégica es un componente crucial de la sofisticada estrategia de Irán para promover sus objetivos ideológicos y políticos. En consonancia con esta estrategia, Irán ha presentado propuestas para establecer sucursales de la Universidad Islámica Azad en ciudades importantes de Siria e Irak, entre ellas Damasco, Karbala, Najaf, Bagdad, Basora y Erbil. De ese modo, Irán pretende consolidar su presencia e influencia en esos lugares clave, impulsando así sus objetivos en la región.
Otro elemento clave de las estrategias de poder blando de Irán es la promoción del Islam chiíta, especialmente en zonas con una población chií significativa. Esto supone brindar apoyo a las comunidades chiítas locales y difundir las enseñanzas teológicas chiítas. Al participar activamente en estas iniciativas, Irán busca fortalecer sus vínculos con los países del Sahel y aumentar su influencia entre la población local.
Además, los programas de intercambio cultural desempeñan un papel vital en los esfuerzos de Irán por fomentar las conexiones con los países del Sahel. A través de iniciativas educativas y culturales, Irán se esfuerza por profundizar sus relaciones con las comunidades locales, mejorando así su influencia en la región. Estos programas sirven como plataforma para el entendimiento mutuo y la colaboración, facilitando la difusión de los valores culturales e ideológicos de Irán.
Además, las organizaciones benéficas iraníes, como la Sociedad de la Media Luna Roja, operan activamente en la región del Sahel y brindan ayuda humanitaria esencial y socorro en caso de desastre. Estas iniciativas filantrópicas no sólo contribuyen al bienestar de la población local, sino que también sirven para cultivar la buena voluntad y mejorar la reputación de Irán como actor benévolo en el ámbito internacional.
Las implicaciones de seguridad de la presencia iraní en el Sahel
Irán está sacando partido de la creciente división entre los líderes del Sahel tras el golpe y los países occidentales como Estados Unidos y Francia. El objetivo de Irán es intervenir en el lugar que han dejado las tropas francesas y ayudar a las fuerzas armadas locales a derrotar a las organizaciones extremistas musulmanas sunitas. Esta estrategia le permite a Irán impulsar su agenda antioccidental y cuestionar la autoridad occidental en la zona.
Han surgido sospechas sobre la colaboración de Irán con Rusia para suplantar la influencia occidental en el Sahel, ofreciéndoles apoyo financiero, colaboración en materia de seguridad y entrenamiento militar. La presencia de facciones apoyadas por Irán, como Hezbolá, en la región plantea temores de posibles conflictos indirectos y más disturbios.
La región del Sahel cuenta con abundantes recursos naturales, como oro, uranio, litio y otros minerales. Irán busca explotar estos recursos para eludir las severas sanciones y fortalecer su economía, lo que podría generar una rivalidad económica con Occidente.
El objetivo de Irán es propagar sus creencias chiítas en la región predominantemente sunita del Sahel, respaldando a las comunidades chiítas locales y difundiendo sus doctrinas religiosas. Esta medida podría intensificar las tensiones sectarias y fomentar la radicalización, especialmente si choca con el atractivo generalizado de los grupos extremistas sunitas en la zona. La intervención de Irán en el Sahel podría crear oportunidades para que facciones terroristas y extremistas establezcan una presencia en la región, lo que agravaría la ya delicada situación de seguridad.
En conclusión, se espera que Irán fortalezca aún más su presencia en la región del Sahel mediante la profundización de las alianzas económicas, en particular en las áreas de explotación de recursos naturales y la construcción de infraestructura. Además, Irán seguirá ofreciendo asistencia militar y entrenamiento a las naciones del Sahel, reforzando sus capacidades de defensa y contrarrestando la influencia occidental.
Origen: Irán: La influencia de los ayatolá en la región del Sahel – ECSAHARAUI