A muchos nos sorprendió -escribe Luis Portillo Pasqual del Riquelme – la rapidez y agresividad con que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, salió a la palestra para contradecir al presidente de Colombia, Gustavo Petro, e intentar cerrar la puerta a la nación saharaui como miembro observador en las Cumbres Iberoamericanas (…).
Por LUIS PORTILLO PASQUAL DEL RIQUELME (*) PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Excmo. Sr. ministro:
A muchos nos sorprendió la rapidez y agresividad con que Vd. salió a la palestra para contradecir al presidente de Colombia, Gustavo Petro, e intentar cerrar la puerta a la nación saharaui como miembro observador en las Cumbres Iberoamericanas, como había propuesto el presidente colombiano en la pasada Cumbre ante todos los asistentes, incluidos el rey Felipe VI y el presidente Pedro Sánchez.
Nos parecía que, antes de que Vd. saliera a poner alambradas de espino en esa invitación del presidente Petro, el pueblo saharaui tendría algo que decir al respecto, antes de que terceros como Vd. utilizaran sus malas artes para ningunearlo o negarle el agua y el pan. Pero, en cambio, Vd. se abalanzó de inmediato para intentar cerrarle la puerta y poner una alambrada entre el pueblo saharaui y toda América Latina y el Caribe, nada menos.
Ese proceder represivo, autoritario, reaccionario y, en definitiva, colonialista recuerda al proceder nostálgico de metrópoli colonial, como si el ministro de Exteriores de España pudiera seguir dictando a las naciones libres iberoamericanas lo que deben hacer.
Ese intento de poner alambradas entre el pueblo saharaui y los pueblos latinoamericanos y caribeños también recuerda a las humillantes alambradas físicas, reales, con las que España, metrópoli colonial entonces, rodeó los asentamientos de jaimas en la ciudad saharaui de El Aaiún, en 1975, encerrando así a la población autóctona para que no pudiera escapar de la criminal invasión protagonizada por las hordas marroquíes con el beneplácito del último Gobierno de la dictadura franquista y primero de la monarquía de Juan Carlos de Borbón, como acaba de poner de manifiesto la Unión Progresista de Fiscales en una Carta Abierta al Presidente del Gobierno de España. En este caso, lamentablemente, el actual Gobierno de España está escribiendo su propia ‘leyenda negra’, negra y bien negra.
De manera que, hoy, 2023, los gobernantes socialistas españoles -Vd. entre ellos, de forma destacada- siguen actuando, con respecto al Sáhara Occidental y su población autóctona, igual que los gobernantes del último Gobierno franquista de antaño: de forma ruin y miserable, como también señala la Unión Progresista de Fiscales en la misiva antes señalada.
No sabemos si Vd., como vocero de los intereses de la monarquía alauita, conseguirá su infame empeño de cerrar la puerta al pueblo saharaui a las Cumbres Iberoamericanas en su condición de miembro observador. Pero, aun cuando no lo consiga, desde el Movimiento por los Presos Políticos Saharauis (MPPS) denunciamos esa negra maniobra suya y de su Gobierno apoyando y representando los rastreros intereses de la monarquía alauita y su Majzén, como acaban de reprochar al presidente Pedro Sánchez sus propios militantes socialistas en el mitin de Segovia (“¿Cuánto te ha pagado Marruecos?”). Reproches a los que Sánchez no aportó ni luz ni razones, como tampoco había hecho en el Congreso de los Diputados con motivo de la moción de censura, silenciando y ninguneando la causa saharaui, con populismo, demagogia y prepotencia, as usual.
Esa maniobra suya, Sr. Albares, -conforme a los intereses expansionistas y colonialistas de Marruecos- es simplemente nefasta y reaccionaria, porque persigue excluir a la nación saharaui de su participación en las instituciones latinoamericanas, “encapsular el tema del Sáhara”, como pretendía Felipe González en sus viajes a Latinoamérica, conspirando para que esas repúblicas hermanas no reconocieran a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Una República que, entre otros muchos logros heroicos y bien reales, cuenta con un 42 por ciento de mujeres diputadas en su recién electo Parlamento Nacional, que ejerce el control sobre el Gobierno y es la autoridad legislativa de la RASD. Y donde la Unión Nacional de Mujeres Saharaui (UNMS) continúa trabajando por la igualdad y por una representación de las mujeres que se corresponda con su labor imprescindible y tan importante en las instituciones y en la lucha del pueblo saharaui en general. Nada que envidiar, por tanto, a la ‘Política Exterior Feminista’ del actual Ejecutivo español.
Y eso es un grave error, porque es muy importante que el pueblo saharaui, la nación saharaui, esté en las instituciones, y en este caso, en las instituciones iberoamericanas, aprender de ellas, reclamar su solidaridad y, también, hacer sus propias aportaciones en la medida de sus posibilidades. Las instituciones, como Vd. sabe, Sr. ministro, sobreviven a las personas, cohesionan y permiten llevar a cabo los objetivos humanos. Por eso es importante la participación y cooperación de la comunidad saharaui.
Y esa participación de la nación saharaui puede ser también muy importante para las naciones latinoamericanas y caribeñas, no solo en cuanto a la aportación de valores inmateriales y culturales intangibles, sino además por las enormes riquezas del territorio saharaui que hoy expolia ilegal e impunemente el ocupante marroquí (Dictamen HANS CORELL): fosfatos, pesca, circonita, hierro y otros valiosos minerales, tierras raras, arena para cemento y construcción, recursos turísticos, presumiblemente gas y petróleo,… Recursos todos ellos que permiten presagiar un futuro prometedor y unos intercambios comerciales enormemente exitosos cuando la comunidad internacional -incluyendo la ciudadanía consciente española- logre que se cumpla la legalidad vigente y exija a Marruecos que devuelva el territorio ocupado del Sáhara Occidental a sus auténticos propietarios: el Pueblo Saharaui, poniendo así fin a la última colonia en África y a la actual guerra, la segunda, a que ha sido obligado el pueblo saharaui.
Por tanto, Sr. ministro, desde el Movimiento por los Presos Políticos Saharauis (MPPS) le reprochamos su desafortunada intervención y su negativa injerencia, precisamente cuando el presidente del Senado marroquí ha continuado amenazando y atacando a España (“recuperar las ciudades ocupadas de Ceuta y Melilla…”) y alentando a la población marroquí en España a intervenir arteramente en las instituciones españolas a favor de los intereses alauitas. Ahí no le hemos oído decir nada ni poner alambradas, Sr. Albares. Bastante sospechoso, ¿no le parece?… Y asimismo, cuando la Unión Progresista de Fiscales (UPF) de España ha descalificado por completo el giro unilateral del presidente Pedro Sánchez en la política de España respecto al Sáhara Occidental, acusándole, con toda razón, de asumir «la herencia cronificada de Franco» en el Sáhara. La prensa lo ha recogido ampliamente []. No es preciso recordarle, Sr. ministro, que la Unión Progresista de Fiscales es una asociación profesional de fiscales española, fundada en de 1985, con la finalidad de «promover la plena realización de los principios, derechos y libertades consagrados en la Constitución».
(*) Luis Portillo Pasqual del Riquelme es miembro del Movimiento por los Presos Políticos Saharauis (MPPS).