La Cuarta Comisión de la ONU vuelve a reunirse: el Sáhara Occidental, en el corazón de la descolonización pendiente

La Cuarta Comisión de la ONU vuelve a reunirse: el Sáhara Occidental, en el corazón de la descolonización pendiente

Del 3 de octubre al 19 de noviembre de 2025, la Cuarta Comisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas celebra su periodo anual de sesiones. Esta instancia —encargada de los asuntos de descolonización y de los territorios no autónomos— vuelve a colocar en el centro de su agenda la cuestión del Sáhara Occidental, reconocido por la ONU desde 1963 como un territorio pendiente de descolonización. Su labor, a menudo invisibilizada por los grandes medios, constituye el último bastión de legalidad internacional frente a las presiones políticas y diplomáticas que buscan normalizar la ocupación marroquí.

1. El marco institucional

La Cuarta Comisión, también conocida como Comisión Política Especial y de Descolonización (SPECPOL), es una de las seis comisiones principales de la Asamblea General. Desde su creación en 1961, examina anualmente los casos de los territorios no autónomos, así como las actividades económicas y administrativas que los afectan. Entre sus principales referencias se encuentran la Resolución 1514 (XV) de 1960, que proclama el derecho inalienable de todos los pueblos a la independencia, y la Resolución 742 (VIII), que establece los criterios para determinar cuándo un territorio ha alcanzado un nivel suficiente de autogobierno.

En su actual período, que se desarrolla entre el 3 de octubre y el 19 de noviembre, la Comisión examina los informes relativos a los diecisiete territorios que aún figuran en la lista de descolonización, entre ellos el Sáhara Occidental. Las audiencias de peticionarios —espacio donde intervienen representantes saharauis y organizaciones de solidaridad— tendrán lugar del 7 al 13 de octubre de 2025 en la sede de la ONU en Nueva York. Estas sesiones, abiertas al público y retransmitidas por UN Web TV, permiten escuchar directamente las voces que el Consejo de Seguridad suele ignorar.

Lejos de ser una formalidad diplomática, las reuniones de la Cuarta Comisión son un termómetro político del grado de compromiso de la comunidad internacional con el derecho a la autodeterminación. Allí se escuchan las voces de los países africanos, latinoamericanos y asiáticos que aún defienden el principio de descolonización frente al oportunismo de potencias europeas que, mientras declaran respetar el Derecho Internacional, firman acuerdos comerciales con el ocupante.

2. Una descolonización aún bloqueada

El Sáhara Occidental figura en la lista de territorios no autónomos desde 1963, cuando España, presionada por la ONU, reconoció su responsabilidad como potencia administradora. La independencia del territorio debía culminar con un referéndum de autodeterminación, pero la invasión marroquí de 1975 interrumpió ese proceso y dio origen a una ocupación militar que dura hasta hoy. Ninguna resolución de la ONU, ni tampoco la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en su dictamen de octubre de 1975, ha reconocido soberanía marroquí sobre el territorio.

Pese a esa claridad jurídica, el proceso de descolonización se encuentra bloqueado por la acción del Consejo de Seguridad, donde el poder de veto de Francia y el alineamiento de Estados Unidos con Marruecos han impedido toda medida efectiva. Mientras tanto, la Cuarta Comisión —aunque sin competencias ejecutivas— mantiene viva la naturaleza colonial del conflicto y preserva la legitimidad del derecho saharaui a la autodeterminación, un derecho que sigue siendo inalienable, imprescriptible e irrenunciable.

En ese contexto, la sesión de 2025 se celebra bajo una tensión evidente: el pueblo saharaui continúa resistiendo en el terreno y en la diplomacia, mientras Marruecos intenta desplazar el conflicto hacia la esfera del “realismo político”. La Cuarta Comisión es, por tanto, el último foro multilateral que recuerda a la comunidad internacional que el Sáhara Occidental no es una “disputa regional”, sino un caso de descolonización inacabada.

3. La ofensiva académica y diplomática para restar legitimidad

En los últimos meses se ha multiplicado la publicación de artículos y estudios que buscan cuestionar la utilidad de la Cuarta Comisión. Uno de los más comentados es “Revisiting the UN’s Special Political and Decolonization Committee” (abril de 2025), que presenta la labor del Comité como obsoleta y puramente simbólica. Estas tesis se alinean con la narrativa del régimen marroquí y de sus aliados, que pretenden trasladar el conflicto saharaui al ámbito exclusivo del Consejo de Seguridad, donde la correlación de fuerzas les es más favorable.

Sin embargo, esta corriente académica pasa por alto un hecho básico: el Sáhara Occidental sigue inscrito oficialmente en la lista de territorios no autónomos, y su estatus jurídico no ha cambiado desde 1963. Solo la Asamblea General —y no el Consejo de Seguridad— puede declarar concluido un proceso de descolonización. Deslegitimar la Cuarta Comisión equivale, por tanto, a intentar borrar el marco jurídico que sustenta el derecho del pueblo saharaui.

Detrás de esta ofensiva se oculta una estrategia diplomática cuidadosamente planificada. Marruecos busca que el conflicto se redefina como una cuestión de “gobernanza” o “desarrollo regional”, diluyendo su carácter colonial. Frente a ello, las resoluciones de la ONU, las sentencias del TJUE y la posición del Frente POLISARIO constituyen una muralla de legalidad que ni el revisionismo académico ni las maniobras diplomáticas pueden derribar.

4. Una cita anual con la historia

La sesión de 2025 de la Cuarta Comisión se celebra en un momento de gran agitación internacional: la firma del nuevo acuerdo comercial entre la Unión Europea y Marruecos, que incluye ilegalmente los productos del Sáhara Occidental; la oleada de protestas en Marruecos (#GENZ212); y la persistente guerra en el territorio ocupado desde la ruptura del alto el fuego en 2020. Todo ello refuerza la urgencia de retomar el marco original de la descolonización.

Como cada año, el Frente POLISARIO presentará ante la Cuarta Comisión su posición oficial, reclamando el cumplimiento de la Resolución 1514 (XV) y denunciando la complicidad de los gobiernos que sostienen la ocupación. Varios países africanos, latinoamericanos y del bloque no alineado reiterarán su apoyo al derecho saharaui, recordando que la autodeterminación no es un gesto político sino una obligación jurídica.

El funcionamiento mismo de la Cuarta Comisión encarna la persistencia de un principio fundamental del sistema de Naciones Unidas: ninguna potencia puede beneficiarse de la ocupación o el expolio de un pueblo colonizado. Por eso, cada sesión anual es mucho más que un debate protocolario; es un acto de resistencia institucional frente al olvido. En el caso del Sáhara Occidental, esa resistencia significa mantener viva la promesa de libertad hecha hace más de sesenta años.


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