- En medios solidarios con la causa saharaui se recrimina la actuación del enviado por el ministro Moratinos para convencer a Aminetu Haidar, a la que afirman intentó “comprar” cuando estuvo en huelga de hambre en Lanzarote tras ser expulsada del Sáhara Occidental por Marruecos.
- Santos Maraver declaró que Marruecos exigió a la activista saharaui unas condiciones inaceptables y se pronunció a favor de la libre determinación del pueblo saharaui.
Alfonso Lafarga.-
El fichaje de Agustín Santos Maraver como número 2 de la lista de Sumar en Madrid ha sido recibido con rechazo por el movimiento solidario con el pueblo saharaui por considerar que intentó “comprar” a la activista de Derechos Humanos Aminetu Haidar, mientras que algunos medios recuerdan que fue muy sensible a la causa del Sáhara Occidental y que se pronunció a favor de la libre determinación del pueblo saharaui.
Al comunicar la incorporación del diplomático Santos Maraver, actual embajador de España ante la ONU, a la lista de Sumar, por delante de la activista saharaui Tesh Sidi, que es la número 3, Yolanda Díaz ha destacado que “la defensa del multilateralismo, los derechos humanos y la lucha global contra el cambio climático” son claves en la coalición.
En las numerosas reacciones expresadas en Twitter desde medios saharauis, a Santos Maraver se le recrimina su relación con Felipe González, con quien estuvo en el departamento diplomático de la Presidencia del Gobierno, y con el ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos, del que fue jefe de Gabinete durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Así, el activista Abdo Taleb Omar ha escrito “González, Zapatero, Moratinos y Sánchez, vamos, los amigos de la causa saharaui”, y Ahmed Ettanji, presidente del agencia de prensa saharaui Equipe Media, ha dicho que estuvo involucrado “en un intento de comprar a Aminetu Haidar”, la defensora de los DDHH que a mediados de noviembre de 2009 inició una huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote para exigir su regreso a El Aaiún, capital del Sáhara Occidental, de donde había sido expulsada por las autoridades marroquíes por poner “saharaui” en lugar de “marroquí” en el apartado de correspondiente a la nacionalidad de la tarjeta de entrada.
Sobre la relación de Agustín Santos con el caso de Aminetu Haidar, la activista saharaui que pasó cuatro años en una cárcel secreta marroquí con los ojos vendados, ha incidido Fernando Peraita, presidente de la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Sevilla y una de las primeras personas que se presentó en Lanzarote para apoyar a Haidar.
Peraita ha confirmado a Contramutis que Agustín Santos quiso comprar a Aminetu, a la que ofreció una casa en Marbella, pasaporte español para ella y sus hijos “siempre que dejara la huelga de hambre”. “Fue un enviado “de los pro marroquíes Zapatero y Moratinos y es una vergüenza que un tipo así sea el número 2 de Sumar”, ha añadido.
El actor Guillermo Toledo, que también estuvo en Lanzarote con el grupo de apoyo a Aminetu, ha relatado en Twitter pormenores de la situación que se vivió allí y que Agustín Santos apareció con una oferta que era “un intento de soborno y un nuevo intento de humillación: renunciar a su lucha y traicionar a su pueblo a cambio de trabajo y casa para ella y su familia en España”.
La activista saharaui no aceptó las propuestas de Moratinos, que se mostró perplejo por el rechazo a sus ofrecimientos de asilo político, nacionalidad española y un nuevo pasaporte, ante lo que llegó a exclamar ¡pero qué quiere esta mujer!
Aminetu Haidar, que sufrió torturas en la cárcel y que cuando salió en libertad volvió a ser perseguida y encarcelada, se lo dejó claro al ministro de Exteriores: “Seguiré en huelga de hambre hasta que el Gobierno español me devuelva a mi casa o hasta la muerte; el Gobierno español en vez de presionar a Marruecos me presiona a mí”.
La mujer a la que el régimen marroquí exigía que pidiese perdón al rey Mohamed VI se mantuvo firme en su postura y, al cabo de 32 días, consiguió volver a El Aaiún. El regreso no se debió ni a Rodríguez Zapatero ni a Moratinos, condecorados ambos años después por Marruecos; las gestiones que pusieron fin al caso fueron de EE.UU y Francia.
Agustín Santos: la expulsión de Aminetu Haidar violó el Derecho Internacional
Si mientras estaba en Lanzarote Agustín Santos dijo “no vale la pena jugarse la vida por la libertad del Sáhara”, una vez fuera y justo diez días antes de que Aminetu Haidar consiguiera volver a su casa, el enviado de Moratinos declaró que la expulsión fue “una violación de las obligaciones internacionales de Marruecos”.
Ante la exigencia marroquí de que Haidar pidiera perdón y reconociera la “marroquinidad” del Sáhara, afirmó que eso no era conforme al derecho internacional por tratarse der un territorio en litigio que, en el marco de la ONU, “debe determinar su situación definitiva a través de un proceso de negociación, el acuerdo entre las partes y el ejercicio del derecho de libre determinación del pueblo saharaui”.
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