Por Lehbib Abdelhay /ECS
Bojador (ECS). – La activista saharaui lleva más de 230 días de acoso, intimidación, torturas físicas y psicológicas por parte de las autoridades de ocupación marroquíes. Tras más de dos cientos días en arresto domiciliario, la activista saharaui ha sido agredida hoy con sustancias tóxicas. En tanto, las Fuerzas de ocupación marroquíes han agredido por cuarta vez en cuatro meses a Jaya rociando sustancias tóxicas en su casa.
Los activistas denuncian la represión contra mujeres saharauis en Bojador y piden, entre otras cosas, una solución que garantice el derecho de los saharauis a la autodeterminación y la independencia. La activista saharaui Sultana Jaya indicó que, desde la agresión marroquí contra civiles saharauis en la brecha ilegal de El Guerguerat, el 13 de noviembre de 2020, y el subsiguiente retorno a la lucha armada, Marruecos intensificó las violaciones contra los saharauis en las ciudades ocupadas del Sáhara Occidental.
En este sentido, Jaya criticó el papel negativo desempeñado por la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO). «En lugar de cumplir con el papel que le fue encomendado, la MINURSO es cómplice de las graves violaciones contra miles de indefensos saharauis en las Zonas Ocupadas del Sáhara Occidental», denunció Jaya en su última intervención en una asamblea reciente de CEAS.
También habló sobre el sufrimiento al que ella y su familia están sometidos desde el pasado 19 de noviembre. «Marruecos nos cortó la electricidad e impidió visitas incluso a miembros de mi familia. «Estamos sometidos a abusos físicos y verbales, un estado de intimidación, acoso y terror que vivimos a diario, sin embargo y a pesar de las amenazas a las que estamos expuestos y las agresiones que sufrimos, yo y mi familiares en estos 234 días de arresto domiciliario, continuaremos nuestra lucha hasta lograr nuestros objetivos», denunció Jaya.
«Nos pusieron bajo arresto domiciliario y la ocupación marroquí no dejó ningún tipo de abuso sin practicar sobre nosotros, mi madre fue golpeada», denuncia Jaya. La activista saharaui hace un llamamiento a la comunidad internacional, las organizaciones humanitarias y de Derechos Humanos y a los pueblos libres del mundo para que intervengan para salvar su vida y la de sus familiares.
Amnistía denuncia la represión marroquí en el Sáhara Occidental.
Amnistía Internacional reveló hoy, miércoles, que desde el estallido de la guerra en el Sáhara Occidental el pasado 13 de noviembre de 2020, las autoridades de ocupación marroquíes han intensificado su represión contra activistas y periodistas saharauis, quienes han sido objeto de malos tratos, detenciones arbitrarias y hostigamientos con el objetivo de silenciar o castigarlos por sus acciones pacíficas contra la ocupación del Sáhara Occidental.
«La situación de los derechos humanos en el Sáhara Occidental es muy mala desde hace muchos años, pero se han deteriorado más desde la rotura del alto el fuego. Las autoridades de ocupación de Marruecos impiden sistemáticamente las concentraciones por la autodeterminación y obstaculizan el trabajo de las organizaciones locales de derechos humanos, hostigando y maltratando con dureza continuamente a sus miembros y a periodistas, tanto en las calles, como en las comisarías o en sus propias casas, donde a veces retienen a la gente sin mandato judicial. Incluso hay acusaciones de violación de activistas como Sultana Sidbrahim Jaya y su hermana por la policía marroquí. Las investigaciones sobre las denuncias de torturas nunca se investigan de forma correcta», reza el comunicado de la organización de derechos humanos.
Amnistía Internacional registró al menos 22 casos de violaciones en el Sáhara Occidental, siete de los cuales fueron sometidos a tortura y malos tratos, dos casos bajo arresto domiciliario sin orden de arresto y allanamientos domiciliarios.
La organización internacional explicó en su informe que la represión marroquí coincidió con la intervención del ejército de ocupación marroquí el 13 de noviembre de 2020 contra manifestantes saharauis en la región de Guerguerat, al sur del Sáhara Occidental.
La organización denunció también que van en aumento las restricciones impuestas a la entrada de organizaciones de derechos humanos y periodistas independientes en la región, lo que llevó a Rabat en febrero pasado a expulsar a ocho ciudadanos españoles, incluidos diputados en el parlamento catalán, concejales de diferentes municipios y representantes de una ONG española.
«No es fácil seguir lo que sucede. No hay observadores internacionales independientes. Marruecos no autoriza la entrada allí a periodistas, abogados, activistas o políticos del extranjero. Y el Consejo de Seguridad de la ONU, por su parte, se niega a incorporar la vigilancia de la situación de los derechos humanos en el mandato de la MINURSO, lo que impide documentar los abusos, como sí hacen otras misiones de la ONU», recalca la ONG.
Amnistía Internacional señaló que «los acontecimientos recientes nos recuerdan la necesidad de establecer un mecanismo de vigilancia de los derechos humanos independiente, imparcial y eficaz en el territorio.
AI instó a las autoridades de ocupación marroquíes a respetar los derechos a la libertad de expresión, reunión pacífica y un juicio justo, y a abrir investigaciones independientes contra estas violaciones cometidas por agentes de policía y prisiones.