
«Escribí al gobierno marroquí sobre el acoso, los ataques físicos, las amenazas políticas y la vigilancia contra el defensor de derechos humanos saharaui Ali Salem Tamek», escribió en las redes sociales.
En una comunicación enviada al gobierno marroquí el pasado mes de febrero, Mary Lawlor y otros expertos de la ONU expresaron su «grave preocupación por los actos de intimidación y difamación contra el Sr. Tamek, así como por la vigilancia y la continua presencia de agentes de seguridad en el exterior de su domicilio».
Los expertos de la ONU también expresaron su «preocupación» por «las restricciones a la libertad de movimiento y reunión del Sr. Tamek, de los miembros de CODESA y de otros defensores de los derechos humanos en el Sáhara Occidental».
“Nos preocupa que estas medidas se hayan tomado en represalia a su labor en defensa de los derechos humanos y en represalia a su ejercicio de la libertad de expresión, incluyendo denunciar presuntas violaciones de derechos humanos y condiciones inapropiadas de detención”, explicaron.
Según estos expertos, estos actos tienen un «efecto paralizante e inhibidor» sobre la sociedad civil y «disuaden» a otros de trabajar en el campo de los derechos humanos.
Subrayaron, a este respecto, que estos hechos contravienen, entre otras cosas, las normas del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, al que Marruecos se adhirió el 3 de mayo de 1979, en particular el artículo 19, que garantiza el derecho a la libertad de expresión, el artículo 21, que garantiza el derecho de reunión pacífica, y el artículo 12, que garantiza el derecho a la libertad de circulación.
En efecto, los expertos de la ONU documentaron en esta comunicación transmitida a Rabat una serie de actos de acoso y agresiones físicas, amenazas de carácter político y actos de vigilancia contra Ali Salem Tamek. Este defensor de los derechos humanos saharaui también ha sido objeto de restricciones de viaje tres veces en tres meses.
Incluso después de esta comunicación, Ali Salem Tamek «siguió siendo objeto de acoso por parte de la policía marroquí en febrero y marzo, así como de intentos de desalojarlo del alojamiento que alquilaba», lamentaron los expertos de la ONU. (SPS)