La delegación saharaui destacó las condiciones únicas que afrontan los refugiados saharauis, que se encuentran entre las poblaciones de refugiados más antiguas de África, y destacó los duros desafíos climáticos que padecen en los campos de refugiados.
La delegación señaló que lo que distingue la experiencia de los refugiados saharauis es su autosuficiencia en la gestión de sus asuntos, incluida la construcción de infraestructura en educación, atención de salud, agua, electricidad, transporte y la conexión de los campamentos a Internet, todo ello con el apoyo de naciones y organizaciones amigas, en particular el país anfitrión Argelia.
La delegación también afirmó que los refugiados saharauis se benefician de los servicios de manera justa y sin discriminación, lo que constituye un ejemplo único en el contexto africano.
En medio de un notable descenso de la ayuda humanitaria, la delegación saharaui pidió una reevaluación de los mecanismos de respuesta humanitaria, haciendo hincapié en el apoyo a las iniciativas lideradas por los refugiados, como proyectos agrícolas, talleres de producción y emprendimientos económicos en pequeña escala, manteniendo al mismo tiempo la asistencia de los socios internacionales.
Durante los debates, algunos representantes del Estado ocupante de Marruecos intentaron despolitizar las cuestiones de los refugiados, a lo que la delegación saharaui respondió subrayando que cualquier intento de separar la política del refugio busca oscurecer las políticas coloniales de la ocupación marroquí, la causa fundamental del desplazamiento y el sufrimiento constante del pueblo saharaui.