“Esta reunión tenía como objetivo preparar la participación de la delegación en la 48ª Conferencia Europea de Comités de Solidaridad con el pueblo saharaui, que se celebrará en la capital portuguesa, Lisboa, del 28 al 30 de noviembre de 2024”, se dice en el comunicado de prensa.

La Conferencia, que se organizará bajo el tema «Europa y África, dos continentes unidos para defender la autodeterminación y la independencia del Sáhara Occidental, última colonia de África», contará con la presencia de varias organizaciones que apoyan la cuestión saharaui en el mundo.

Será una oportunidad para dar más sustancia a la causa saharaui, pero también una oportunidad para alertar a la opinión internacional sobre los excesos y violaciones del derecho internacional causados ​​y perpetrados por la fuerza ocupante, es decir, el régimen marroquí de Makhzen.

En este sentido, los organizadores subrayaron que «este evento reunirá a cientos de partidarios de la legítima causa saharaui, entre ellos parlamentarios, académicos, periodistas, expertos y representantes de la sociedad civil», y añadieron: «Los participantes deberán discutir los mecanismos capaz de permitir intensificar el apoyo y acompañamiento del pueblo saharaui en su legítima lucha contra la ocupación marroquí para garantizarle el ejercicio de su legítimo derecho a la autodeterminación y a la independencia».

El movimiento de solidaridad se ha fortalecido desde que el TJUE emitió su veredicto sobre las sentencias en relación con los acuerdos comerciales UE-Marruecos así como con la explotación de las riquezas pesqueras y otros recursos naturales ilegales en los territorios ocupados del Sáhara Occidental.

Esta decisión fue considerada una verdadera bofetada al régimen marroquí de Makhzen y sus aliados que pretenden hacer del Sáhara Occidental un espacio de explotación por parte de sus empresas. Además, el Observatorio internacional para el seguimiento de los recursos naturales del Sáhara Occidental, Western Sahara Resource Watch (WSRW), advirtió a dichas empresas francesas contra el riesgo de “participar en proyectos en el Sáhara Occidental ocupado, sin el consentimiento del pueblo saharaui”.

En la misma línea, el Observatorio subrayó que “sea cual sea el programa político del gobierno francés, y diga lo que diga (el presidente) Macron, el Sáhara Occidental no forma parte de Marruecos». «Los esfuerzos de Macron para empujar a las empresas francesas hacia el territorio ocupado conllevan un grave riesgo para las empresas que podrían morder el anzuelo», añadió: «Es irresponsable por parte del presidente francés hacer declaraciones que podrían animar a las empresas francesas a hacer negocios en el Sáhara Occidental ocupado, cuando sabe muy bien que no existe un marco legal sólido para tales operaciones”.

Erik Hagen, de Western Sahara Resource Watch, aclaró: «Mientras el gobierno francés declare abiertamente su distanciamiento de los principios más básicos del derecho internacional y de los derechos humanos, está claro que las empresas francesas ya no pueden confiar en el asesoramiento jurídico de su gobierno.”