Ahmed Zain
ECS. Madrid | Los drones ocupan cada vez más espacio en los conflictos modernos, y los países del Magreb, como no podía ser de otra manera, también están interesados en ellos. Como apuntan varios expertos, el Sáhara Occidental, que vive una guerra desde Noviembre de 2020 después de que Marruecos violara el alto el fuego firmado con el Frente POLISARIO, ofrece un territorio favorable para el despliegue de drones, así como un campo de pruebas idóneo. Marruecos, que depende del armamento y experiencia israelí para contrarrestar el avance del Ejército de Liberación Saharaui, comienza a caer que dicha dependencia puede confundir las cartas del ejército marroquí y configurar otro escenario que no se tuvo en cuenta para esta guerra.
Ni la ONU ni la Unión Africana condenaron la violación marroquí del alto el fuego, no hay un horizonte diplomático claro y existe una alta probabilidad de que la tensión bélica aumente en los próximos meses y alcance un estado de una guerra total, especialmente si el Frente POLISARIO decide introducir los drones y Marruecos, que se está armando con drones turcos, israelíes y chinos, ejecute más operaciones de las habituales, que se limitan a ataques esporádicos contra vías comerciales y fronterizas, que dejan a su paso más víctimas civiles que militares.
Una pequeña introducción:
La primera aparición de tres drones de reconocimiento (UAV) entregados a Marruecos por Israel en enero de 2020, diez meses antes del estallido de guerra, tanto en el aeropuerto ocupado de Dajla como en el de Smara, fue el primer indicio de que la ocupación marroquí había hecho un cambio en la ecuación sobre el terreno. Los ataques con drones contra civiles comenzaron el 25 de enero de 2021, momentos en los que la guerra escalaba de forma ligera, por entonces una serie de bombardeos marroquíes tuvieron como objetivo vehículos civiles saharauis en la zona liberada de Tifariti, causando la muerte de tres ciudadanos saharauis. A esto le siguió el martirio del comandante de la gendarmería saharaui, Dah El Bendir, el mes de abril de 2021 después de que se ejecutara un ataque aéreo con esta avanzada e intrusiva arma. En Septiembre de 2021, Rabat recibe el primer lote de drones turcos Bayraktar TB2, y un mes después masacró a 19 civiles. Por entonces, una investigación de ECS, que tuvo acceso a los fragmentos del misil utilizado, confirmaron su procedencia y el dron para el que estaba hecho ese arma.
Desde entonces, le siguieron una decena de ataques en 2022 similares según una investigación de SMACO realizada en Septiembre del año pasado, que demostraba graves crímenes de guerra de Marruecos contra ciudadanos saharauis, argelinos y mauritanos.
Según señala el citado informe, respecto al número total de atentados registrados contra la población civil, el 7% tuvo lugar en los últimos meses de 2020, es decir, apenas unas semanas después del inicio de la guerra, mientras que el 77% de los atentados tuvo lugar durante 2021, y para el año 2022, el número de atentados con drones en el primer semestre ascendió a cerca del 14% del total de atentados. Por razones temporales, el informe no recoge otra gran masacre que cometió el ejército marroquí en Noviembre de 2022 y que dejó un reguero de 12 víctimas mortales.
La guerra continúa en fase incremental, si bien el Ejército de Liberación Saharaui aún no dispone de drones, Marruecos teme en estos momentos que con el recrudecimiento de los enfrentamientos armados en el Sáhara Occidental, entren los drones kamikaze, o lo que se conoce como los «aviones suicidas», ya que esto supondrá que las bases de las fuerzas de ocupación marroquí y sus posiciones militares estáticas serán un blanco fácil de golpear y destruir si el Frente POLISARIO decide introducir aviones suicidas en el campo de la batalla. En dos ocasiones, Omar Mansour, Ministro del Interior saharaui, deslizó que el Ejército de Liberación Saharaui (ELPS) utilizará próximamente drones armados contra las fuerzas de ocupación marroquí posicionadas a lo largo del muro marroquí que divide el Sáhara Occidental. Por otro lado, según señaló recientemente WSJ, Marruecos firmó recientemente un acuerdo con Israel para la construcción de fábricas de drones al margen de los ya adquiridos.
Durante el XVI el reelcto presidente saharaui Brahim Ghali, prometió a los congresistas introducir los drones en la actual guerra. El anuncio puso a Marruecos en una situación excepcional y alarmante ante la amenaza que supondría al equilibrio de poder.
Recientemente, el embajador permanente de Mohamed VI ante Naciones Unidas, Omar Hilale, dijo que si el Frente Polisario llegara a utilizar los drones, Marruecos dará una «respuesta firme y adecuada» llegando incluso a amenazar con ocupar el resto de territorios saharauis liberados. No obstante, las palabras de Hilale desmienten y contradice al propio Rabat, pues fue el mismo Rabat el que se quejó a la ONU en Octubre del 2021 de que el Frente POLISARIO había efectuado 724 operaciones con drones contra el muro militar en la región de Mahbes y Hauza. Las amenazas de Hilale reflejan la verdadera confusión y la incertidumbre marroquí por la guerra de drones, y el peligro que esto representa para sus fuerzas y bases militares, suponiendo incluso una grave amenaza para la mina de fosfato en Boucraa, que se encuentra a tan solo 300 kilómetros de distancia de las posiciones de las fuerzas armadas saharauis.
El arsenal marroquí:
El ejército de Marruecos está utilizando varios tipos de estas aeronaves no tripuladas exclusivamente para labores de espionaje. Este tipo de aeronaves UAV, desplegadas en las diferentes bases militares del Sáhara Occidental ocupado, entre ellas la más reciente la construida en la base militar de Bir Enzarán, se componen de modelos muy avanzados provenientes de las fabricas israelíes más punteras y cargados de todo tipo de sensores: «Israel Aerospace Industries (IAI) Heron» y el dron avanzado «Hermes 900» de la también israelí Elbit System.
Este tipo de aviones militares que requieren un sistema integrado de comunicaciones y mando, especialmente un satélite de comunicaciones en órbita (GEO) a una altitud de 36 mil kilómetros y que Marruecos no tiene, de ahí la imposibilidad. La capacidad del ejército marroquí para operar y dirigir drones en el campo de batalla por medio de GPS, es una guía de aficionados insuficiente en el campo militar, por lo que la capacidad de entregar y recibir información entre el dron y el centro de mando simultáneamente no es posible.
Por lo tanto, en el tema relacionado con drones, Marruecos no tiene más remedio que aumentar el costo del acuerdo. Como Israel ha hecho recientemente con Azerbaiyán, Marruecos también tendrá que permitir que Israel supervise personalmente el sistema de gestión de drones por parte de oficiales israelíes desde el interior del territorio saharaui ocupado por Marruecos.
En tanto es así, estas transformaciones obligan al Frente POLISARIO y a los altos dirigentes del ejército saharaui a tomar en consideración un estudio en profundidad del estilo y táctica de las ofensivas del ejército israelí en sus operaciones en Gaza, Líbano, Azerbaiyán y Siria, porque la batalla en el futuro será directamente con los oficiales israelíes, no con los marroquíes.
El dron en el correoso teatro de operaciones del Sáhara Occidental:
En el Sáhara Occidental, y debido a la especial situación de esta zona, los defectos de los drones son más por su composición y método de uso, pero también por la debilidad y desventaja del servicio que ofrece la cuarta generación (4G), ya que facilita la penetración y el control de estos aviones por el enemigo por un lado y la carencia de conexión en algunas áreas específicas cubiertas por el muro de la vergüenza, que sigue siendo en la actualidad el eje central en la política de defensa del ejército de ocupación marroquí para frenar en la medida de lo posible el avance del ejército saharaui, que carece de fuerza aérea para atacar en las profundidades del sur de Marruecos o enclaves estratégicos en los territorios ocupados del Sáhara Occidental. Esta situación sirve de gran utilidad para el ejército de ocupación marroquí, que todavía depende de la estrategia defensiva estática, y está satisfecho con ella siendo un pilar en su enfoque expansionista, conformado por bases bien conocidas que cuentan con fuerzas de acción rápida.
Para los expertos, se trata de un arma sofisticada que garantiza la famosa estrategia de «pérdida cero» durante los combates en los conflictos armados modernos, según opinó Mokhtar Saïd Mediouni, ex coronel de la fuerza aérea argelina, experto en temas de defensa y seguridad en declaraciones a la agencia Sputnik.
“Son las guerras de los siglos venideros, ahora es una guerra de tecnología […] Se llama el concepto de pérdida cero. Se usan aviones no tripulados, submarinos o torpedos no tripulados […] El problema es que cuanto más avanzamos en tecnología, más avanzan las contramedidas”, recalca el ex oficial.
Quizás no sea suficiente, sin embargo, para dar un vuelco al conflicto armado del Sáhara Occidental, recuerda el experto, “no son los drones los que ganan las guerras, sino la corrección de las causas”.
Y para avalar su argumento, Mediouni precisa con certeza que todo el armamento occidental entregado a Ucrania no le ha permitido hasta ahora revertir la situación, y menos una victoria en el campo de batalla.
Aún así, el Sáhara Occidental ofrece un terreno favorable para el despliegue de drones militares, afirma por su parte Yaakov Kedmi, un ex oficial de inteligencia israelí, en declaraciones a Sputnik.
«Este tipo de guerra ofrece un amplio campo de actividad para los drones. El combate aéreo entre drones es posible, aunque bastante raro. Pero el uso de los drones, su número y sus tipos pueden desempeñar un papel fundamental en las batallas actuales en el Sáhara Occidental», explicó Kedmi.
«Por tanto, no sería de extrañar que las dos partes están adquiriendo cada vez más drones militares», añade por otro lado Yuri Lyamin, experto del Centro israelí de Análisis de Estrategias y Tecnologías.
Los expertos señalan que China también está mirando el mercado de armas en el norte de África. “En el contexto de una nueva ronda de conflictos armados en el Sáhara Occidental y el aumento de tensión entre Marruecos y Argelia, ambas partes están aumentando sus compras de drones y es probable que esta tendencia no haga más que intensificarse”, resume Yuri Lyamin.
El conflicto saharaui:
La guerra del Sáhara Occidental continúa en 2023 por tercer año sin vistas a un nuevo alto el fuego. Los saharauis y su representante legítimo, el Frente POLISARIO, han aseverado en más de una ocasión que la guerra no se detendrá tras tres décadas esperando ejercer el derecho de la autodeterminación que se les reconoció y prometió en 1991. Hasta el momento, la tensión bélica sigue en fase incremental, pero con la introducción de nuevas armas y actores entre los ejércitos saharaui y marroquí.
Las graves tensiones en el norte de África entre Marruecos y Argelia, por un lado, por el cierre permanente de las fronteras y la ruptura de la relaciones, y por otro lado, entre Marruecos y el Frente POLISARIO por la soberanía sobre el Sáhara Occidental, un territorio inscrito en la agenda de la Cuarta Comisión de Naciones Unidas como una región no autónoma pendiente de descolonización, están llegando a su punto más delicado debido a la intransigencia marroquí en aplicar el Plan de Paz firmado en 1991 que preveía un referéndum de autodeterminación.
Nadie puede negar la existencia de un conflicto armado en la región del Sáhara Occidental y menos a una guerra abierta en curso entre el régimen marroquí y el pueblo saharaui representado por el Frente POLISARIO, y cada parte está aferrada a sus reivindicaciones sobre la antigua colonia española a pesar de todos los intentos de encontrar soluciones de compromiso como cualquier conflicto en cualquier región del mundo.
El Frente Polisario está respaldado por Argelia y varios otros países de África y América Latina, mientras que Rabat cuenta con el apoyo total e incondicional de Francia, las monarquías del golfo e Israel.
Origen: Los drones ofrecen a Marruecos una ventaja considerable pero no decisiva