Si hay un régimen que no se cansa nunca jamás de hacer el ridículo y el esperpento, que nadie dude, ese es el Majzen Marroquí. Una estructura arcaica; que se traslado en cuerpo y alma de la baja edad media a la era moderna, sin prácticamente modificaciones ni correcciones.
A ellos (El Majzen) no les importa montar un numerito absurdo y sin sentido. A ellos lo único que les interesa es convertir lo falso en real, lo ilegal en legal y lo inmoral en moral. Para ello usan todos los mecanismos existentes: chantaje, extorsión, presión, coacción, descaro, caradura, mala educación, malos modales, abuso, mentiras, ocultación, compra de voluntades, promesas falsas, engaños, etc.
No les importa el derroche económico, los desplantes políticos, la incomodidad y molestias a la otra parte. Ellos se enfilan con su habitual bravuconada y grosería a ese objetivo que han trazado, sin tener en cuenta nada ni nadie.
Está semana en Madrid (España) hemos visto un ejemplo clarísimo de esa descortesía y falta de modales que caracteriza al 100% de la estructura del Majzen marroquí.
Llegan a Madrid, a través de su maleducada y vulgar Embajadora en España Kuerima Benaayach e impone la organización de un presunto foro de inversión en la ciudad ocupada, del Sahara Occidental, Villa Cisneros. De forma grotesca implica sin su consentimiento a varias instituciones públicas madrileñas que rápidamente pidieron corregir el irrisorio error, y pidieron la retirada de sus Logos de los carteles de la infames farsa montada unilateral mente por los servicios secretos marroquíes.
El Majzen marroquí, como quien no quiere las cosas y a pesar de las llamadas de atención, hizo ver qué nada v con ellos y continuaron inmerso en su farsa teatral, sin importarle el peripatético papel que está jugando.
Casi 50.000 euros costó al erario público marroquí, la fracasada simulación teatral montada por su soez embajadora en Madrid, que finalmente a penas conto con la participación de un representante de segunda fila de la cámara de comercio de Madrid y varios de delatores, estómagos agradecidos y renegados Saharauis que el único interés que representan es el suyo particular y su gratitud al Majzen Marroquí por darles algunas dádivas de las riquezas que pertenecen al pueblo Saharauis .
No es la primera ni será la última patraña que monte el Majzen Marroquí para desvirtuar la legalidad y el derecho internacional, lleva 50 años haciendo lo mismo; intentando imponer el engaño sobre la realidad y convertir la fuerza y los hechos consumados en artículos de la justicia internacional.