Los enigmas del acuerdo pesquero UE-Marruecos que incluye el Sáhara Occidental

Madrid (ECS).- La cuestión del Sáhara Occidental, cuando se aborda en los medios de comunicación europeos, muy a menudo se reduce a una confusa disputa territorial entre, por un lado, Marruecos y, por otro, un movimiento de liberación, el Frente Polisario. Visto desde el escenario internacional, y desde el punto de vista de los especialistas en la materia, la situación en el Sáhara Occidental es ante todo una descolonización obstaculizada por Marruecos, que ocupa el 80% del territorio, con el apoyo, tras bambalinas, de la Unión Europea. Genera sistemáticas violaciones de derechos humanos y crímenes de guerra en los territorios bajo su ocupación.

 

Según una investigación reciente de de «Off Investigation», que cita un informe fechado el pasado 13 de enero de 2023 y emitido por la propia Comisión Europea, con cifras que lo respaldan, documenta el auge económico y demográfico de las regiones de Dajla y El Aaiún, las dos principales ciudades del Sáhara Occidental.

 

Según ese informe, la población (y no el pueblo saharaui) aumentó alrededor de un 20% entre 2014 y 2022, el crecimiento del PIB duplicó el de Marruecos, un aumento del 60% en la producción agrícola en 5 años, el valor de las capturas de pescado en aguas saharauis aumentó considerablemente (+28% entre 2020 y 2021) y con una dependencia muy fuerte de las exportaciones a la Unión Europea. Para la Comisión Europea, estas cifras son una prueba de que su acuerdo de libre comercio y asociación con el Reino de Marruecos está funcionando bien.

 

Para entender este embrollo diplomático y legal, tenemos que retroceder al 1 de enero de 1986. En este año España se incorpora a la UE. Una década antes, abandonó el Sáhara Occidental, ante el avance de la “marcha verde” iniciada por Hassan II. Su adhesión sitúa las relaciones con Marruecos en el centro de la agenda diplomática, con un objetivo prioritario para Madrid; asegurar el acceso de su gran flota pesquera a las aguas que bordean el Sáhara Occidental. Ocurrió dos años después. En mayo de 1988, Jacques Delors, entonces presidente de la Comisión Europea, fue recibido por el rey Hassan II en Rabat para celebrar la inclusión de España y Portugal en estos acuerdos. Unos meses más tarde, Delors recibió a su hijo, el actual rey Mohamed VI, para realizar unas prácticas de seis meses en su oficina de Bruselas.

 

El verdadero negocio de la pesca no se lo llevan los buques de la UE que faenan en aguas saharauis

Volvemos al asunto. En el marco del Acuerdo de Pesca UE-Marruecos, en cuanto a los propietarios de embarcaciones, pueden renovar sus licencias cada trimestre y usarlas o no. En el caso de que vayan a pescar, tienen que pagar un canon trimestral a Marruecos según el tonelaje de la embarcación.

 

El informe de la UE de 2022 dice: “En el primer trimestre de 2021, se utilizaron 27 de las 92 licencias de Marruecos; en el segundo, también 27; en el tercero, 24 y en el cuarto, solo 17. En relación con el Sáhara Occidental, las cifras también se reducen. De los 92 barcos españoles con permiso para entrar en Marruecos, hay licencias disponibles para 25 atuneros, correspondientes a la categoría cinco, fijada por la Unión Europea. Estos pueden pescar tanto en el Sahara como en el norte de Marruecos. De ellos, solo 12 por trimestre han solicitado licencias, menos de la mitad”.

 

Hay otras dos categorías establecidas por la Unión Europea que pescan solo en el Sáhara Occidental. Se trata de las categorías tres (embarcaciones artesanales) y cuatro (embarcaciones de palangre y arrastre). Para ellos, hay 22 licencias disponibles. Pero en ningún cuartel se han superado las cuatro licencias. La mayoría de los trimestres terminaron con solo tres licencias.

 

 

Este medio millar largo de empresas y los hombres de negocios europeos que están detrás de ellas, es lo que justifica toda la propaganda que defiende el MUY DEFICITARIO acuerdo pesquero.

 

El verdadero negocio de la pesca no se lo llevan los buques de la UE que faenan en aguas saharauis o marroquíes que, a menudo, no utilizan las licencias y ni siquiera salen a pescar. El verdadero negocio se lo llevan las empresas marroquíes (con sus respectivos hombres de negocios europeos que hay detrás) que operan bajo el paraguas del Acuerdo de Asociación.

 

Ordenando los países de la UE (Reino Unido, incluido) por el número de buques dedicado a la pesca, sólo siete países superarían los más de dos mil quinientos buques que tiene Marruecos. Esto da idea de la magnitud del negocio pesquero que mueve Marruecos, mientras maneja una poderosa maquinaria de propaganda para que los europeos sigan cantando las supuestas virtudes del Acuerdo Pesquero.

 

Quizás estas ideas nos hagan comprender el término “ilusionante” con que el sector de la pesca canario ha calificado la oferta del Polisario dada a conocer estos días.