“Llevo desde principios de mayo bajo asedio, tortura y abusos”, relata a El Independiente Lafkir desde su residencia, rodeada por las fuerzas de seguridad marroquíes. La activista denuncia haber sufrido una vigilancia constante desde el pasado 4 de mayo. Desde entonces, tal y como ha documentado desde una de las ventanas de su hogar, un grupo de hombres monta guardia en la calle a cualquier hora del día.

Los sucesos se han encadenado en las últimas semanas en un mes marcado por la escalada de la represión contra activistas y periodistas saharauis. El 10 de mayo, coincidiendo con la celebración del medio siglo de establecimiento del Frente Polisario, Lafkir fue atacada durante la visita al domicilio de la familia de su marido. “Me exigieron que abandonara inmediatamente la casa bajo la amenaza de irrumpir en su interior. Me marché porque quería evitar que entraran y pudieran hacer daño a los ancianos y las mujeres”.

Espiral de asaltos y maltrato

Una semana después, Lafkir fue asaltada en plena calle tras participar en una manifestación pacífica de mujeres en protesta por la ocupación marroquí de la ex colonia española. Las imágenes de la marcha, difundidas por la plataforma de periodistas saharauis Equipe Media, captan a un grupo de mujeres que caminan pertrechadas por banderas saharauis mientras un grupo de agentes de seguridad y policías de paisano las acosan y golpean.

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