Por Salem Mohamed
Túnez (ECS). – Marruecos reaccionó rápidamente y de manera inesperada al recibimiento y acogida del presidente saharaui e inició una confrontación con Túnez, cerrando así el círculo de enfrentamientos abiertos con todos los países del Magreb exceptuando Libia. El régimen marroquí inicia una nueva guerra diplomática que a todas luces que le aislará aún más dejándole como la verdadera fuente de tensiones de la región. De momento han retirado a su embajador de la capital y llamado a consultas.
La ocupación marroquí del Sáhara Occidental sigue causando estragos en el Magreb, lastrando de manera determinante su pleno desarrollo en términos económicos y sociales.
La virulenta reacción marroquí reflejada en un comunicado emitido en tiempo récord revela un gran descontento de Rabat y una grave gestión del conflicto saharaui. El comunicado emitido por la cancillería marroquí no duda a la hora de calificar a Brahim Ghali como «jefe de una milicia armada» y tildando al Frente POLISARIO como «grupo separatista».
En el citado comunicado anunciaron el retiro de su embajador de Túnez, allanando el camino a la ruptura de relaciones dada la debilidad marroquí respecto a los territorio de la República Saharaui que ocupa. En el mismo contexto, deciden retirarse de la cumbre, no obstante, la decisión unilateral marroquí de cesar su participación aún no ha merecido la reacción de los estados africanos invitados ni de su pionero, Japón.