Comendador de los creyentes, jefe del ejército, presidente del consejo de los ulemas (estudiosos del islam) y, según los más forofos, la mayor fortuna del país. Mohamed VI lo es absolutamente todo. Su retrato es ubicuo en los confines de su reino. Sus súbditos lo ven a diario, en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia. Con una salvedad que a nadie se le escapa: Mohamed VI no está en casa. Es un rey completamente ausente, que distribuye su tiempo entre París y Gabón, y que ha tomado la calculada decisión de dedicarse a los placeres de la vida.
Mohamed VI siempre fue un rey ausente, pero esta vez existe un agravamiento del absentismo
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Marruecos, un reino sin rey: "A Mohamed VI ya no le importa nada salvo vivir la vida que le queda" https://t.co/FCYwgBnWIj vía @elindepcom
— M. Limam Mohamed Ali (@Limam_MASB) September 17, 2022
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