El silencio de palacio pesa más que nunca. Han transcurrido tres semanas desde que estallaran las primeras protestas de GenZ 212, el movimiento juvenil que ha vuelto a llevar la contestación a las calles de Marruecos, y ninguna de las tímidas respuestas oficiales -un discurso vago de Mohamed VI y una llamada al diálogo del Gobierno- han calmado la creciente marea de indignación entre los ‘ni-ni’ del país vecino, víctimas del desempleo y unos deficientes servicios públicos. Las protestas, tras un paro “logístico”, regresan este sábado al espacio público. En los pasillos del poder, reina la inquietud.

“Invitamos a todos los ciudadanos y ciudadanas a participar en las manifestaciones pacíficas del sábado 18 de octubre, de 18:00 a 21:00 horas. Saldremos a la calle en señal de solidaridad con nuestros compañeros detenidos y exigiremos su libertad. Su causa es nuestra causa. Exigiremos nuestros derechos: una sanidad digna, una educación de calidad, empleo y la lucha contra la corrupción”, reza el mensaje que GenZ 212 ha publicado en Discord, la plataforma desde la que se coordinan y convocan las movilizaciones, las más multitudinarias de los últimos años en Marruecos. “Que sea una manifestación pacífica y civilizada, si Dios quiere. ¡Nos vemos el sábado!”, concluye el comunicado.
 
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