En Dar-al-Mahkzen (el palacio residencial del rey alauita Mohamed VI, a las afueras de Rabat) no deben de estar para celebraciones. Aunque quizás allá adentro no lleguen los sonoros golpes internacionales que su estrategia de chantaje hacia España y la Unión Europea está recibiendo. La crisis bilateral entre España y Marruecos ha mutado, ya es una crisis bilateral entre la Unión Europea y el reino alauí. En las últimas semanas, la diplomacia marroquí solo cosecha derrotas. 

Ya lo escribíamos en Público el pasado 18 de mayo, horas después de la llegada de miles de civiles marroquíes (muchos de ellos menores de edad) a nado a Ceuta, poniendo en peligro sus vidas y alentados, para ello, por el propio régimen marroquí. Decíamos: «El problema de Marruecos se eleva a nivel europeo. Un grave error diplomático de Rabat«. También advertíamos entonces de que los motivos del pataleo marroquí no tenían tanto que ver con la presencia del presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Brahim Ghali, en un hospital español, como con los intentos de culminar su pretensión de anexión y ocupación del Sáhara Occidental, así como con los nervios ante la proximidad de un pronunciamiento de la justicia europea sobre el acuerdo comercial entre la UE y Marruecos en el que se incluye la pesca en aguas del Sáhara Occidental.

Mohamed VI no distingue entre los adentros y las afueras. ‘Los adentros’, preciosa expresión que es en sí una metáfora que nos lleva a adentrarnos en lo más íntimo de uno mismo, en nuestra visceralidad. Por ello, nos sirve para referirnos a un régimen, el alauí, que no diferencia entre el rey, la persona y sus vísceras, con el reino, el país. Los adentros de Dar-al-Mahkzen, el palacio, poco tienen que ver con lo que ocurre fuera de sus muros, en la sociedad. La crisis de la pandemia ha empeorado mucho el nivel de vida de la población marroquí que demuestra un hartazgo evidente con el statu quo. ‘Las afueras’, por su parte, la periferia, lo que está al margen, lo que no está en el centro, en el centro de la toma de decisiones, en los adentros, en la mente o en el palacio. 

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