
Bir Lehlou (República Saharaui) 7 de mayo de 2025 (SPS) – La Comisión Saharaui de Derechos Humanos (CONASADH) emitió hoy un enérgico comunicado de prensa denunciando la nominación del Reino de Marruecos, representado por el Presidente de su Consejo Nacional de Derechos Humanos, al Premio Nelson Mandela de las Naciones Unidas, considerándola un flagrante insulto a los valores por los que luchó Mandela, en particular el anticolonialismo y la defensa de los pueblos oprimidos.
En un comunicado de prensa emitido hoy, obtenido por el Servicio de Prensa Saharaui (SPS), CONASADH afirmó que nominar a un representante de un régimen que continúa ocupando un territorio no autónomo reconocido por la ONU (el Sáhara Occidental) es una afrenta directa a los sacrificios de los pueblos colonizados.
Describió la medida como una grave distorsión de la reputación de las Naciones Unidas y el legado de Nelson Mandela, instando al comité de nominaciones a rechazar lo que calificó como un “deshonor político” de un ícono global de dignidad y resistencia.
A continuación el comunicado de prensa completo:
República Árabe Saharaui Democrática | Comisión Saharaui de Derechos Humanos
No a deshonrar el legado de Nelson Mandela honrando al estado ocupante marroquí
La Comisión Saharaui de Derechos Humanos (CONASADH) sigue con profunda preocupación y enérgica condena la noticia de la nominación del Reino de Marruecos, representado por el Presidente de su Consejo Nacional de Derechos Humanos, al Premio Nelson Mandela que otorga las Naciones Unidas para honrar a quienes dedican su vida a luchar contra el apartheid, el colonialismo y a defender la dignidad humana.
Presentar al régimen marroquí —que todavía ocupa por la fuerza un territorio reconocido por el derecho internacional como no autónomo— como candidato a un premio que simboliza la liberación y la justicia no sólo es una traición a los valores de Mandela, sino un insulto directo a los sacrificios de los pueblos que todavía están bajo el yugo de la ocupación.
Antes de buscar reconocimiento a través de un prestigioso premio de derechos humanos, Marruecos debe primero liberar a decenas de prisioneros políticos saharauis, poner fin a su ocupación ilegal del Sáhara Occidental, detener sus graves violaciones de derechos humanos y someterse al derecho internacional y al derecho humanitario.
La Sra. Amina Bouayach, cuya nominación se está promoviendo, no merece ningún honor ni premio mientras el régimen que representa saquee los recursos de un pueblo desarmado, suprima su libertad, silencie su voz, persiga a activistas, torture a prisioneros y pisotee la dignidad de los detenidos, e incluso se jacte de hacerlo.
Esta funcionaria debería ser reprendida por el sombrío historial de derechos humanos de su país, no celebrada. Utilizar a las Naciones Unidas y el legado de Mandela en una campaña publicitaria para blanquear la imagen de la ocupación marroquí es un escándalo mayúsculo que no se puede tolerar.
Dirigimos un llamado urgente y firme al comité de nominación del Premio Mandela: no cometan este pecado moral y político. El mundo está observando. Defensores de derechos humanos, periodistas, abogados, víctimas y millones de personas honorables de todo el mundo seguirán de cerca lo que ocurra en Nueva York y adoptarán una postura irreversible.
Quienes voten por esta nominación deben pensar más allá de protocolos y banquetes. Deben recordar el llanto y el sufrimiento de las madres de los desaparecidos forzosamente, las lágrimas de las esposas de los presos y la angustia de los hijos de los mártires.
Honrar a Marruecos con el Premio Mandela –mientras que incluso ha encarcelado a su primer ministro de derechos humanos– es una bofetada a las víctimas, un insulto a sus familias y una mancha en la reputación de la ONU.
La Sra. Bouayach, quien apoya abiertamente la negación por parte de Marruecos del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, ha ignorado la legalidad internacional. Ignoró deliberadamente la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia del 16 de octubre de 1975, que afirmó la inexistencia de soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, así como las resoluciones de la ONU y la Unión Africana, y varias sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que rechazan la explotación de los recursos del Sáhara Occidental sin el consentimiento de su pueblo.
Nominar a alguien que negó la existencia de presos políticos en Marruecos —a pesar de que su detención está documentada por el Grupo de Trabajo de la ONU sobre la Detención Arbitraria y ONG como Amnistía Internacional y Human Rights Watch— es una afrenta a las víctimas y sus familias, especialmente al grupo Gdeim Izik, que sufrió juicios injustos y torturas sistemáticas.
Prisiones secretas como Tazmamart, Kalaat Mgouna y Derb Moulay Cherif no serán olvidadas. La liquidación de disidentes y la disolución de sus cuerpos en ácido, como le ocurrió a Mehdi Ben Barka, no serán borradas. Tampoco se perdonarán las ejecuciones extrajudiciales.
Incluso si el premio se concede a Marruecos, las víctimas seguirán luchando para recuperarlo, en lealtad a las miles de almas inocentes perdidas, a los desaparecidos, a los silenciados y a los agraviados.
Honrar a Marruecos en el ámbito de los derechos humanos equivale a una nueva tortura psicológica para los presos y sus familias. Es una ofensa a la dignidad de Mandela y a la credibilidad de las Naciones Unidas.
No al blanqueo de la ocupación. No a la glorificación de los opresores. No a la profanación del nombre de Mandela.
Emitido por la Comisión Saharaui de Derechos Humanos
7 de mayo de 2025