El viaje oficial del Presidente Sánchez a Marruecos es una buena ocasión para trasladarle algunas exigencias y observaciones de la ciudadanía del Estado español que rechaza el giro radical sobre el Sáhara Occidental.
Se repite la historia de 1975, con la firma de los e ilegales «Acuerdos tripartitos de Madrid«, por los que se traicionaban los legítimos derechos del pueblo saharaui a decidir libremente su futuro. También, en dicho acuerdo, había unas cláusulas secretas, como contrapartidas, por parte de Hassan II, a esa vergonzosa venta: no reivindicar la soberanía sobre Ceuta y Melilla en el futuro, permitir pescar en el banco pesquero saharaui durante 25 años, participar en la explotación de los fosfatos…etc., por supuesto, ninguno cumplido como se habían pactado.
Hoy, 47 años después el Gobierno vuelve a traicionar y vender al pueblo saharaui, ¿a cambio de qué esta vez? Defendiendo la propuesta de «Autonomía» bajo soberanía de Marruecos, desechando la solución de un Referéndum de autodeterminación, en el que los saharauis tendrían la posibilidad de elegir pacíficamente lo que quieren ser: parte del Reino de Marruecos o independientes como una Nación libre.
Explíquele a Mohamed VI, que no tiene el apoyo de la mayoría de los Grupos parlamentarios del Congreso de Diputados, y la mayoría de la sociedad española, y aproveche para pedirle al Rey de Marruecos que cese la brutal represión contra la población saharaui en los Territorios Ocupados del Sáhara Occidental, y libere a los presos políticos injustamente detenidos.
Dígale que los derechos humanos y la legalidad internacional no son moneda de cambio, y que la solución del conflicto del Sáhara Occidental se tendría que decidir en un Referéndum de autodeterminación libre y regular, que contenga también dentro de la consulta la posibilidad real de la independencia, como reconocen más de 60 resoluciones de las Naciones Unidas y las últimas sentencias del Tribunal de Justicia Europeo. Como un territorio «No Autónomo» pendiente de descolonizar.
Muchas personas saharauis tienen D.N.I. español como nosotras y nosotros. Con ellas tenemos una deuda y una responsabilidad pendiente tras nuestro abandono. El Estado español sigue siendo la potencia administradora en un proceso de descolonización inacabada del Sáhara Occidental. Debemos actuar ante esta lacra que nos deja en evidencia ante el conjunto de la humanidad y la historia.
Como primer paso hacia la consecución de los derechos del pueblo saharaui, exíjale paralizar las exportaciones de cualquier recurso natural proveniente del Sáhara Occidental, respetando las sentencias del Tribunal de Justicia Europeo que diferencia claramente el territorio de Marruecos con el del Sáhara Occidental, que no es soberanía marroquí, nunca lo ha sido y nunca lo será. Cualquier transacción comercial de recursos procedentes del Sáhara Occidental es ilegal según la normativa europea y los tratados internacionales suscritos por España.
Entendíamos que un Gobierno «progresista» en España debía asumir una nueva política exterior, diferente a las anteriores en relación al Sáhara Occidental, que incluyera el respeto de los Derechos Humanos y la legalidad internacional por encima de otros intereses y presiones que nunca debieron socavar la responsabilidad del Estado español y su obligación de poner fin al último proceso de descolonización pendiente en el continente africano.
El prestigio internacional del Estado español está en juego, pues el mantenimiento de posturas vergonzantes afecta a toda la sociedad. Este viaje tendría que ser una buena ocasión para defender la legalidad internacional, el respeto a las Resoluciones de la Naciones Unidas y de la Unión Africana. Y no intente camuflar su traición con el aumento de la «ayuda humanitaria», lo que los saharauis quieren es justicia y no caridad.
Cuando el Rey de Marruecos le invite en uno de sus palacios a la celebración del iftar, la suntuosa cena de ruptura del ayuno con lo que finaliza la jornada durante el mes de Ramadán, acuérdese de las y los saharauis que están en los campamentos de población refugiada, y de los presos políticos que no pueden celebrarlo con sus familias desde hace ya muchos años.
El líder histórico del pueblo saharaui «El Uali», dijo en una ocasión: si algún día pasan por el desierto del Sáhara Occidental y no ven a su gente, pensad que todos murieron defendiendo la libertad y la independencia de su tierra. Eso no ocurrirá porque al final se impondremos la justicia y el derecho internacional. Y podrán vivir en paz y nosotros seguiremos estando a su lado hasta el final.
Origen: Carta abierta a Pedro Sánchez ante el próximo viaje a Marruecos – Otras miradas