SAHARA BUBISHER: VUELTA AL COLE en los campamentos de refugiados saharauis

SAHARA BUBISHER: VUELTA AL COLE en los campamentos de refugiados saharauis

En los campamentos de refugiados saharauis, situados en pleno desierto de Tinduf (Argelia), septiembre marca un momento especial: la vuelta a las escuelas. Tras un verano de altas temperaturas, en el que muchos niños ayudan a sus familias en las tareas diarias —cuidando a los animales, trayendo agua o colaborando en las tiendas—, el inicio del curso escolar devuelve al campamento un ambiente de bullicio y esperanza.

Las escuelas, construidas con adobe y techos de chapa o madera, se llenan de voces infantiles desde temprano. Algunos alumnos llegan caminando varios kilómetros desde los barrios más alejados cargando mochilas que a menudo contienen solo lo imprescindible: un cuaderno, un lápiz y, con suerte, un libro compartido. Aun así, la ilusión por aprender es enorme.

El primer día, los maestros reciben a los estudiantes con sonrisas y palabras de ánimo. Muchos de ellos fueron también alumnos en esos mismos campamentos y ahora enseñan a las nuevas generaciones. En las paredes cuelgan murales pintados por los propios jóvenes, con frases como “La educación es nuestra arma” o “El futuro está en nuestras manos”.

Entre los niños que regresan, se repiten los abrazos y las charlas. Se cuentan cómo pasaron el verano, quién viajó al extranjero en programas de acogida temporal, o quién se quedó en el campamento cuidando de la familia. Para ellos, reencontrarse con sus compañeros significa volver a un espacio donde, pese a las dificultades materiales, se alimentan los sueños: algunos sueñan con ser médicos, otros maestros, otros periodistas que cuenten al mundo la situación de su pueblo.

La vuelta al cole en los campamentos saharauis no es solo el comienzo de un curso académico; es un acto de resistencia y esperanza. Cada cuaderno abierto y cada clase impartida representan la voluntad de un pueblo que, a pesar de vivir en el exilio desde hace décadas, sigue apostando por la educación como el camino hacia un futuro mejor.

Y como no puede ser de otra manera, el proyecto Bubisher, brinda un relevante apoyo a la educación sharaui en varios aspectos:

Acceso a la lectura y al conocimiento. Las bibliotecas Bubisher (físicas y bibliobuses) acercan literatura infantil, juvenil, libros de texto, enciclopedias y obras de autores saharauis e internacionales.

Refuerzo escolar. Se convierten en espacios de apoyo para estudiantes de primaria, secundaria y bachillerato. Los voluntarios y bibliotecarios locales ayudan en la comprensión lectora, redacción y estudio.

Fomento de la lengua y la identidad. Los libros están en árabe, español y hassanía (dialecto saharaui), lo que fortalece la cultura propia al mismo tiempo que abre horizontes a otras lenguas.

Espacios culturales y comunitarios. Más allá de la educación formal, las bibliotecas Bubisher funcionan como lugares de encuentro donde se organizan debates, proyecciones y actividades artísticas.

Promoción de la equidad. Se fomenta la inclusión de niñas y mujeres en el acceso a la lectura y la educación, algo clave en una sociedad en la que ellas tienen un rol fundamental en la organización comunitaria.

El Bubisher no solo aporta recursos materiales (libros y bibliotecas), sino que también fortalece el tejido educativo, cultural y social saharaui, ofreciendo a los niños y jóvenes refugiados más herramientas para su futuro.

Cándida Santiago