Frente a la indiferencia internacional, a las promesas incumplidas durante más de cuarenta años y a la dureza de la represión marroquí de las protestas, nosotros los saharauis no vamos a dejar la lucha por nuestros derechos vía generacional (Aminetu Haidar, activista saharaui)
Y así como la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental no ha sido reconocida por ningún país del mundo (exceptuando el reconocimiento interesado por parte de Donald Trump hace dos semanas, que no estamos seguros que la Administración del Presidente entrante Joe Biden confirme), la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) ha sido reconocida por más de 80 países. Por tanto, si el referéndum de autodeterminación no se ha celebrado ya ha sido por la incompetencia de la ONU, así como por la cobardía de algunos países, entre los cuales se encuentra, a la cabeza de todos ellos, España. Por su parte, la Monarquía alauita tampoco está dispuesta a reconocer el derecho a la autonomía regional, por lo cual debería ser España y el resto de la comunidad internacional la que ejerciera presión para poder contrarrestar esta situación y promover el referéndum.
Víctor Arrogante resume magníficamente la situación en este artículo de su propio Blog: «En resumen, para la ONU el Sáhara Occidental es un territorio español pendiente de descolonización y nunca ha reconocido a Marruecos como potencia administradora. El Tribunal Internacional de La Haya concluyó que no existe ningún vínculo de soberanía entre el territorio del Sáhara Occidental y el Reino de Marruecos. Los distintos gobiernos de España, desde el final de la dictadura franquista, se han alineado con la ONU. El Gobierno de Zapatero se comprometió a hacer todo lo necesario para una solución, pero su actitud de acercamiento a Rabat de hecho se entiende como abandono de la línea de apoyo a la causa saharaui. El Partido Popular, tradicionalmente no alineado con la causa, defiende la nula responsabilidad española en el conflicto, con el vago deseo de que las partes encuentren rápidas vías de solución. Ceuta y Melilla aparecen en el tablero, cuando las autoridades marroquíes dejan claro que un cambio de la postura oficial española provocaría la reivindicación de ambas ciudades. Todo provocaría un aumento de la inestabilidad en la zona del Estrecho, que nadie quiere que ocurra«.
En efecto, todas las piezas del puzzle están endiabladamente colocadas, pero son todas ellas consecuencia de la dejación de responsabilidades de nuestro país. Si en su momento se hubiera zanjado el conflicto como era esperable y deseable (además de justo), no estaríamos ahora en esta situación.
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Leer artículo original en el Blog de Rafael Silva: Sáhara Occidental: el Régimen del Terror y del Silencio (IV) – Actualidad Política y Cultural – Blog de Rafael Silva
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