Terremoto político en Bruselas: Europa cancela los acuerdos con Marruecos sobre el Sáhara Occidental… y consagra el derecho a la autodeterminación
El Consejo de la Unión Europea ha formalizado la cancelación de los acuerdos comerciales y pesqueros que vinculan a Europa con Marruecos en el territorio en disputa del Sáhara Occidental , tras una sentencia histórica del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de octubre de 2024. Esta decisión, esperada tras años de litigios tensiones, reabre el debate sobre el estatuto de este territorio y los derechos del pueblo saharaui.
En una nota jurídica publicada el 11 de noviembre de 2024, la Corte reafirmó los principios fundamentales del derecho internacional, incluido el derecho a la libre determinación de los saharauis y la ilegalidad de cualquier acuerdo que afecte a este territorio sin el consentimiento de sus habitantes. El Consejo Europeo reconoció que el máximo órgano judicial de la UE había invalidado «definitivamente» la aplicación de los acuerdos en el Sáhara Occidental, calificando la decisión de «victoria de la justicia internacional y de la lucha legítima del pueblo saharaui».
La Corte destacó que la extensión de los acuerdos al Sáhara Occidental constituyó una flagrante violación de las normas internacionales , en ausencia de consulta con las poblaciones locales o sus representantes legítimos. También reconoció al Frente Polisario como entidad autorizada para defender los intereses de los saharauis, otorgándole el derecho a impugnar cualquier acuerdo que amenace sus recursos o su soberanía.
Por último, el Tribunal se pronunció sobre un punto crucial: los productos procedentes del Sáhara Occidental deberán llevar a partir de ahora una etiqueta distinta a la de los procedentes de Marruecos, confirmando así el estatuto jurídico único de este territorio bajo la égida de las Naciones Unidas. El veredicto podría sentar un precedente para conflictos territoriales similares, colocando los derechos humanos y el derecho internacional por encima de los intereses económicos.
Este giro europeo marca un punto de inflexión en la posición de la UE respecto a Marruecos, un aliado estratégico, y refuerza la presión para una resolución política del conflicto del Sáhara Occidental, pendiente desde hace casi cinco décadas.
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