Casi medio siglo después de que España abandonara abruptamente sus responsabilidades en la descolonización del Sáhara Occidental, un joven saharaui analiza el problema y propone soluciones
La literatura saharaui en lengua española había sido cultivada hasta hace poco tiempo por dos grupos principales: el de la generación que se formó durante la etapa colonial y la de los cubarauis que realizaron sus estudios en la mayor de las Antillas. Pero con Taleb Alisalem -y con algunos otros autores de su mismo grupo de edad- se ha incorporado un tercer grupo: el de los saharauis que llegaron a España en las campañas de “Vacaciones en paz” -este autor lo hizo con nueve años- y que, por una u otra razón, se quedaron en ella para cursar sus estudios secundarios y/o superiores. La visión de estos últimos es, por tanto, la de quienes han vivido el problema desde el exterior manejando una serie de variables y experiencias diferentes a las de quienes sufren el exilio en los campamentos o permanecen sometidos a la ocupación marroquí.
Taleb Alisalem reitera el proceso vivido por el Sáhara Occidental desde el inicio del fallido proceso de descolonización hasta los tres últimos acontecimientos de relevancia: la acampada de Gdeiz Izik, la manifestación de Guerguerat y la reanudación del conflicto bélico con Marruecos (el último, hace pocos días en Smara) Y en torno a ello hace una serie de consideraciones interesantes. Así trata de la cuestión de la identidad saharaui, con la superación del tribalismo ancestral, y expresa el sentimiento de decepción del pueblo saharaui por el eterno aplazamiento de la resolución del problema de su autodeterminación. No elude reconocer los errores cometidos por el Frente Polisario (el alto el fuego de 1991, la falta de relevo generacional en los puestos directivos y el exceso de confianza en la capacidad resolutiva de la comunidad internacional) y propone varios escenarios de solución: la aplicación del plan Baker, un nuevo enfrentamiento armado entre Argelia y Marruecos, la movilización interna en este último país con el derrocamiento de la monarquía y, en fin, la reanudación efectiva de la guerra anticolonial.
No olvida recordar la responsabilidad de los sucesivos gobiernos de Madrid -en particular, de los socialistas- en el enquistamiento del conflicto y el divorcio entre esta actitud y la muy solidaria de la sociedad española y recuerda los beneficios que puede suponer para la antigua potencia colonial un Sáhara independiente (cese de la emigración ilegal procedente de las costas continentales, alianza económica para la explotación de recursos culturales y sinergias culturales con el único país árabe que habla español).
Origen: «Sáhara Occidental. Un viaje a la libertad»: el problema del Sáhara analizado por un joven saharaui»