Desde que el pueblo español tuviera conocimiento del cambio de postura del presidente del Gobierno sobre la vía para solucionar el conflicto del Sahara Occidental, surgió una pregunta: ¿quién está detrás de ese apoyo a la autonomía dentro de Marruecos como la base “más seria, creíble y realista” para solucionar un “diferendo” que lleva más de cuarenta y cinco años enturbiando las relaciones entre España y Marruecos?
José Ignacio Algueró Cuervo *
Para responder a esta pregunta, acudiremos a la hemeroteca y al Archivo Documental del prestigioso Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental de la Universidad de Santiago.
En su edición del 2 de agosto de 2005 (dos años escasos antes de que Marruecos enviara a la ONU su proyecto de autonomía), El Mundo publicaba una “Carta abierta sobre el Sahara”, firmada por el a la sazón ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. En ella, tras hacer referencia a la “pulsión solidaria” de los españoles hacia los saharauis, alimentada en un primer momento “de la precipitada y confusa salida de España”, mostraba sus “convicciones firmes sobre los derechos” que tenían. Defendía la necesidad de “preservar los lazos privilegiados con Marruecos”, desde el convencimiento de que “la defensa de los derechos del pueblo saharaui, incluido el de autodeterminación, no es disociable de la búsqueda de una solución justa y definitiva del conflicto del Sahara”.
El lector habrá comprobado la coincidencia de los argumentos de Moratinos con los rescatados por Pedro Sánchez para justificar en el Congreso de los Diputados, el pasado treinta de marzo, el viraje que acababa de dar a la política española sobre el Sahara.
(…)
Es aquí donde radica la artimaña marroquí que apoyan Sánchez y Moratinos: el pueblo saharaui votaría en referéndum, pero sólo la aceptación de una ridícula autonomía, vulnerándose así el derecho reconocido por las Naciones Unidas.
Como sus dos citados correligionarios, Felipe González, María Teresa Fernández de la Vega, Zapatero, López Aguilar, José Bono y tantos y tantas que un día abrazaron la causa saharaui, defienden hoy interesadamente la posición marroquí sobre el Sahara, mostrando al tiempo un afecto farsante hacia el pueblo saharaui. Un pueblo que ha recibido la segunda gran puñalada de un Gobierno español, que resiste en las condiciones más duras imaginables, que está dispuesto a que la autonomía sea una opción contemplada en un hipotético referéndum, siempre que se incluya también la opción de la independencia. Un pueblo que sigue considerando el español como lengua oficial pese a tanta afrenta. Un pueblo, en suma, que ve cómo se silencia en los medios de comunicación de nuestro país –con honrosas excepciones, como El Independiente, Público y El Diario- la guerra que sostiene con Marruecos y la brutal represión que sufre por parte del país ocupante ilegal de su territorio.
* (Historiador)
Origen: Sánchez, Moratinos y el Sahara | Gomera Verde – Noticias de La Gomera