Además indicó la documentada relación de Marruecos con grupos terroristas que operan en Argelia como el MAK.
Exteriores de Argelia, dirigido por Ramtane Lamamra, dejó claro las intenciones no ocultas del régimen marroquí, que vende su alma al mejor postor con tal de alargar una solución al conflicto saharaui. Hace escasas semanas fue el diplomático marroquí Omar Hilale, ahora es su jefe, y no parece que el asunto vaya a terminar. Marruecos se ha metido en un embrollo del que es difícil salir bien parado: Aliado con el estado sionista, guerra a sus puertas y tensiones con todos sus vecinos, y mientras sucede todo esto, vende al exterior una imagen de distensión que no hace sino acrecentar la presión sobre Rabat.
La ocupación del Sáhara Occidental, terrorismo y colaboración con el sionismo: principales motivantes.
Varios círculos del país esperaban que la rueda de prensa de Ramtane Lamamra incluyera el tema de las irritadas relaciones diplomáticas con Marruecos, especialmente a la luz de lo expresado en el comunicado del Consejo Supremo de Seguridad argelino, que se celebró el pasado miércoles, sobre la revisión integral de las relaciones con su vecino.
El lunes 16 de agosto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Argelia acusó a Marruecos de realizar declaraciones «falsas» con el fin de arrastrar a Israel a una «peligrosa aventura» contra su país, lo que consideró como una falta de seriedad de la «mano extendida» que el el rey marroquí ofreció, además de su voluntad de ayudar a Argelia a hacer frente a los incendios que azotaron al país recientemente.
La cancillería argelina dijo en un comunicado publicado por la agencia oficial de noticias que lo que está haciendo el régimen marroquí es una «peligrosa aventura que apuesta a lo peor, que constituye una negación oficial de lo que se supone que es la mano extendida y la continuación de sus métodos abusivos y absurdos.”
La diplomacia argelina, liderada por Ramtane Lamamra, ha trabajado a contrarreloj estos últimos meses para desenmascarar las intenciones no declaradas del régimen marroquí contra la unidad de la nación argelina para golpear la estabilidad del país y de la región en general para servir agendas extranjeras, así como obstruir sus esfuerzos para resolver el conflicto del Sáhara Occidental y consolidar así su política expansionista que contraviene la legalidad internacional.
El comunicado difundido por el embajador de Marruecos ante las Naciones Unidas reveló el plan marroquí de apuntar a la unidad de Argelia intentando desestabilizarla y crear caos desde el anuncio oficial de la alianza pública con la entidad sionista tras el desarrollo del conflicto del Sáhara Occidental debido al estallido de la guerra y al aumento de las tensiones entre Marruecos y todos sus vecinos de distintos continentes.
Por otro lado, otras fuentes informaron que las autoridades argelinas habían recibido informes de que algunas organizaciones terroristas (MAK) y (Rashad) recibieron apoyo financiero de la inteligencia marroquí para llevar a cabo actos de sabotaje en varios estados del país, incluidos incendios forestales, después de una reunión tripartita supervisada por el agregado militar de la embajada de Marruecos en París.
Ahora, después de 33 años de tensas relaciones, al más estilo “tira y afloja” y por momentos delicadas, Argelia toma un paso al frente y rompe sus relaciones debido a la actitud marroquí que considera literalmente como “una receta para el caos y la guerra.”
Aumenta considerablemente la presión y el aislamiento contra Marruecos, y que podría ser la llama que contagie a otros países a hacerlo, especialmente en África.
Llegan las primeras reacciones de Marruecos tras la ruptura de relaciones con Argelia.
No obstante y a pesar de ser declaraciones institicionales contradictorias, vienen de cargos políticos poco influyentes o poderosos dentro de los círculos decisorios de Rabat. El jefe de la Comisión de Exteriores y Defensa de Marruecos, Youssef Gharbi, tensa aún más la cuerda que ya pende de un hilo y alega que “el régimen argelino al cortar relaciones está exportando sus crisis internas al exterior”. Unas palabras que aportan entre poco o nada al clima existente.
Por su parte, el presidente del gobierno marroquí Saadedine El Othmani, que dejará el cargo el próximo 8 de Septiembre si no es reelegido en las elecciones, dijo que lamentaba la decisión de “un país hermano” y que “trabajarán por recuperar las relaciones”. Un modesto mensaje que no va en línea con la actitud política mantenida por Marruecos, especialmente por Mohamed VI y su entorno, que son quienes verdaderamente manejan la política exterior, además de que Argelia no ha anunciado ni declarado las condiciones para un futuro retorno de las mismas, que permanece incierto debido a las tensiones vigentes que han provocado reacciones en el mundo árabe pidiendo “moderación a las partes”.