Un dron de reconocimiento y ataque

En las imágenes se aprecia una base improvisada en pleno desierto, monitores de seguimiento y una catapulta lanzando el aparato que se pierde en el horizonte antes de impactar, con precisión quirúrgica, sobre un tanque. Fuentes de la empresa contactadas por El Independiente han declinado proporcionar información. “Lamentablemente, no puedo proporcionarle la información que me ha solicitado, ya que los datos de los clientes y los proyectos son confidenciales y no permitimos compartir información específica”, explican.

El SpyX es, según su ficha técnica, un dron eléctrico de diez kilos de peso que puede volar durante dos horas, recorrer cincuenta kilómetros y portar una ojiva intercambiable de 2,5 kilogramos. El operador, asistido por cámaras diurnas y térmicas, puede guiar el ataque manualmente o cargar coordenadas. En el último tramo, el dron se lanza en picado a más de 250 km/h sobre su blanco. Dispone de sistemas de abortar o reanudar la misión en pleno vuelo y su modularidad le permite adaptar distintos tipos de ojiva —antipersonal, antivehículo o antitanque— según el objetivo.

Su principal ventaja, subrayan desde la compañía, es su autonomía táctica: dos soldados bastan para transportarlo, desplegarlo y atacar sin artillería pesada. Es más eficaz y mucho más barato que un misil antitanque, agregan. El SpyX se suma al arsenal de las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos. que incluye artillería clásica, lanzacohetes y drones de reconocimiento.

 
 

BlueBird no ha publicado los costes de fabricación ni los precios de venta de sus drones. Sin embargo, según estimaciones del sector, un SpyX costaría entre 50.000 y 60.000 dólares por unidad, bastante menos que un misil antitanque guiado como el TOW.

Rabat aspira a fabricar sus propios drones

Este modelo de dron -que se publicita como un elemento clave de “superioridad operacional” y como ejemplo de “tecnología israelí”– lleva probándose en suelo marroquí desde al menos 2023. Lo que hasta hace poco eran ensayos y exhibiciones ha pasado a convertirse en un proyecto industrial. La intención del régimen alauí es que BlueBird Aero Systems establezca una planta de producción al otro lado del Estrecho que “empezará a operar en el futuro cercano”. Fuentes de la compañía también han rehusado confirmar estos planes.

Sin embargo, el fundador de la firma, Ronen Nadir, ya declaró el pasado año que la misión es poder fabricar en Marruecos los modelos WanderB y ThunderB, dedicados a inteligencia y reconocimiento, y que el SpyX podría ensamblarse localmente más adelante. BlueBird ya arma drones en India a través de una joint venture con la empresa Cyient. Marruecos sería, según su fundador, el segundo país en recibir producción parcial fuera de Israel.

El acuerdo contempla formación de ingenieros marroquíes por técnicos israelíes y la transferencia gradual de tecnología, una cooperación que coincide con la estrategia anunciada por el ministro de Defensa Abdellatif Loudiyi: desarrollar una Base Industrial y Tecnológica de Defensa (BITD) capaz de ensamblar, mantener y exportar sistemas de armas.

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