Se espera que el enviado personal del Secretario General de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, visite los campamentos de refugiados saharauis este sábado 20 de septiembre.
Una visita simbólica pero crucial, en un momento en que el Consejo de Seguridad se prepara para adoptar una nueva resolución sobre la cuestión a finales de octubre.
Durante más de cuarenta años, el Sáhara Occidental ha figurado en la lista de Territorios No Autónomos de la ONU. Durante más de cuarenta años, el pueblo saharaui ha esperado ejercer su derecho inalienable a la autodeterminación, consagrado en las resoluciones de las Naciones Unidas.
Sin embargo, este derecho es sistemáticamente violado por la ocupación marroquí, que intenta imponer su «plan de autonomía» desafiando la legalidad internacional.
La última visita de Staffan de Mistura a los campamentos, el 3 de octubre de 2024, no logró desbloquear un proceso político congelado desde marzo de 2018. Pero la realidad es implacable: ninguna solución puede ser sostenible si no pasa por un referéndum de autodeterminación, el único marco reconocido por el derecho internacional.
Cualquier otro escenario no sería más que una fachada colonial destinada a legitimar el statu quo. La responsabilidad actual recae en el Consejo de Seguridad, que con demasiada frecuencia se ve paralizado por los cálculos de las grandes potencias y sus vetos cómplices.
Seguir haciendo la vista gorda es condonar la ocupación, la explotación ilegal de la riqueza saharaui y la brutal represión de los activistas independentistas.
El paralelismo con Palestina es evidente: dos pueblos, dos territorios colonizados, dos luchas por la libertad y la misma hipocresía internacional. Mientras el mundo entero reconoce que los palestinos sufren genocidio y una colonización brutal, los saharauis siguen viviendo en campos de refugiados o bajo ocupación militar, en un silencio diplomático ensordecedor.
Ante esta emergencia, solo queda un camino posible: el de la legalidad internacional. Es el momento de que la ONU demuestre que no es un mero espectador, sino el garante del derecho de los pueblos a la autodeterminación. El Sáhara Occidental, al igual que Palestina, ha esperado demasiado.
Continuará…
El Ghayeb Lamine