Durante años, los saharauis recibieron visitantes de todo el mundo en sus improvisados campamentos en el exilio, en Tinduf (Argelia), pero el cierre de fronteras por la covid-19 ha agudizado su aislamiento y asfixiado los anhelos de su juventud. La vida no ha parado, pero las dificultades han aumentado EBBABA HAMEIDA...
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